Grupos de derechos humanos y observadores dicen que Rusia está usando bombas de racimo en su invasión a Ucrania, un cargo que Moscú rechaza. Si es confirmado, el uso de esa arma, especialmente en áreas llenas de civiles, crearía nuevas preocupaciones humanitarias en el conflicto, la mayor guerra terrestre en Europa en generaciones.
Aquellos que buscan prohibir las bombas de racimo dicen que estas matan indiscriminadamente y ponen el peligro vidas civiles tras su uso. Desde Siria y Yemen hasta los Balcanes, Afganistán y el sudeste de Asia, bombas de racimo sin estallar siguen matando y mutilando a personas años y décadas después de ser lanzadas.
Aunque muchos países se han integrado a una convención global que limita su uso, las municiones de racimo siguen siendo empleadas en zonas de conflicto en el mundo. A continuación, una mirada a esas armas y por qué su uso es tan preocupante:
¿Qué son las bombas de racimo?
Las bombas de racimo son armas que se abren en el aire, soltando submuniciones que se dispersan en un área amplia, con el objetivo de destruir múltiples blancos a la vez. Pueden ser arrojadas por aviones, artillería y misiles, de acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Aparte de los daños iniciales causados por las municiones en impacto, tienen una tasa elevada de fallo para estallar —de hasta un 40% en conflictos recientes_, de acuerdo con la Cruz Roja.
Eso deja secciones de tierra llenas de submuniciones que pudieran estallar. El regreso a la vida normal en esas áreas se vuelve peligroso, particularmente en áreas densamente pobladas. Algunos países afectados por guerras en el pasado se pasan años tratando de despejar zonas de bombas de racimo.
¿Usarlas es un crimen de guerra?
El uso de bombas de racimo en sí no viola las leyes internacionales, pero usarlas contra civiles puede ser una violación. Como en el caso de cualquier ataque, determinar un crimen de guerra requiere examinar si el blanco era legítimo y si se tomaron precauciones para evitar bajas civiles.
“La parte de la ley internacional donde esto comienza a tener un papel es en el ataque indiscriminado contra civiles”, dijo el director asociado de Human Rights Watch (HRW) sobre armamento, Mark Hiznay.
Una convención para prohibir el uso de bombas de racimo tiene más de 120 países firmantes que acordaron no utilizarlas, producirlas, transferirlas o almacenarlas y se comprometen a despejarlas si han sido usadas.
Rusia y Ucrania no se han sumado a la convención. Tampoco Estados Unidos.
¿Dónde han sido usadas?
Estas bombas han sido usadas en muchos conflictos recientes.
Las tropas del gobierno sirio han utilizado a menudo bombas de racimo —suministradas por Rusia— contra bastiones de la oposición durante la guerra civil, a menudo destruyendo objetivos civiles e infraestructura.
Israel las ha lanzado en áreas civiles en el sur de Líbano, incluyendo la invasión de 1982.
Durante la guerra de un mes en el 2006 de Israel contra Hezbollah, HRW y la ONU acusaron a las fuerzas israelíes de disparar hasta cuatro millones de bombas de racimo hacia Líbano. Eso ha dejado municiones sin estallar que amenaza a los civiles libaneses hasta hoy.