El presidente de China, Xi Jinping, reconoció que la economía china “se enfrenta a muchas incertidumbres y desafíos” pero pidió “esfuerzos infatigables” para lograr los objetivos oficiales que se marquen para 2025.
Durante un simposio económico con líderes de otros partidos y patronales, el también secretario general del gobernante Partido Comunista (PCCh) indicó que “se debe prestar mucha atención y afrontar adecuadamente” los mencionados desafíos.
“Hay dificultades todos los años, pero siempre hemos logrado el desarrollo pese a los padecimientos y tribulaciones. Debemos hacer todos los preparativos para conseguir los objetivos de desarrollo económico y social del próximo año a través de esfuerzos infatigables”, exhortó el mandatario, citado por la agencia oficial de noticias Xinhua.
De cara a “hacer un buen trabajo” en esta materia en 2025, Xi pidió “tener confianza firme en la victoria” y reiteró que los cimientos de la segunda economía mundial “son estables, con muchas ventajas, fuerte resistencia y gran potencial”.
“Las condiciones favorables y las tendencias generales a largo plazo no han cambiado. Debemos mantener nuestro enfoque estratégico, moldear de forma activa un entorno exterior que nos sea favorable (...) y transformar los factores positivos en resultados de desarrollo”, indicó el jefe de Estado chino.
“El Partido entero y la sociedad tendrán que trabajar duro juntos”, reclamó, subrayando que China ha afrontado en 2024 “un entorno internacional y nacional todavía más complejo”, algo que no ha impedido que el país vaya a lograr “con éxito” los objetivos que se habían marcado las autoridades para el año.
Esto, prosiguió Xi, se ha dado gracias a la capacidad del Partido y del pueblo para “resistir la presión, superar las dificultades, responder con calma y adoptar medidas integrales”.
Si bien el simposio tuvo lugar el pasado viernes, las palabras de Xi se divulgan el mismo día en que el propio mandatario presidió una reunión del Politburó, el segundo escalafón de mando del PCCh, en la que se apostó por una postura flexible en materia monetaria por primera vez desde 2011, avanzando asimismo más apoyo a nivel fiscal e iniciativas para volver a dar impulso al consumo.
Además, se espera que este mismo miércoles los líderes chinos den comienzo a la Conferencia Central de Trabajo Económico, una cumbre anual clave en la que tratarán, a puerta cerrada y previsiblemente durante dos días, los objetivos económicos para el próximo ejercicio, en el que China probablemente deberá afrontar además un recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.