Volkswagen concedió diez días de vacaciones colectivas a partir de este lunes en tres plantas de automóviles en Brasil a causa del desabastecimiento de piezas provocado por las inundaciones de las últimas semanas en el sur del país.
La multinacional informó en un comunicado que la producción en sus tres plantas en el estado de São Paulo permanecerá paralizada hasta el 3 de junio por el impacto de las inundaciones, que han obligado a cesar las operaciones en varias fábricas de proveedores de piezas radicados en el estado de Rio Grande do Sul.
Las tres fábricas de São Paulo se suman a la de Gravataí, municipio en el sureño estado de Rio Grande do Sul, el más afectado por las inundaciones, que está paralizada desde el 8 de mayo y aún no tiene prevista la retomada de sus operaciones.
La medida suspendió las operaciones en las plantas de Volkswagen en las ciudades de São Bernardo do Campo, Taubaté y São Carlos, mientras que la de São José dos Pinhais, en el vecino estado de Paraná, continúa normalmente.
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En las plantas paralizadas, con cerca de 6,200 empleados, Volkswagen produce los modelos Nivus, Virtus, Polo, Saveiro y Polo Track, así como los motores de todos sus automóviles en Brasil.
Las graves inundaciones que castigan desde hace dos semanas la región sur del país han dejado 158 muertos y unos 2.3 millones de damnificados, de los que unos 620,000 han tenido que abandonar sus hogares.
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Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, es el estado más afectado por el desastre climático, que ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes en esa próspera zona del país; afectado importantes áreas productoras de granos y paralizado centenas de industrias.
Los daños económicos del desastre climático superan los 18,839 millones de reales (unos US$ 3,680 millones o 3,390 millones de euros), según cálculos preliminares que, según las autoridades regionales, se trata de una evaluación mínima.
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