Uruguay apuesta por nuevas técnicas como la robotización en los cultivos o la tecnología inclusiva para hacer frente a la triple crisis del planeta, que abarca aspectos como la contaminación, la crisis climática y la pérdida de la biodiversidad.
Así lo expresó este jueves en Montevideo Eduardo Blasina, presidente de la Comisión Honoraria de Agroecología de Uruguay, en una conferencia sobre el Proyecto de Cooperación Técnica que incluye la adopción de prácticas agroecológicas y ganaderas para el desarrollo sostenible y la reducción de la huella de carbono del país.
“Queremos que la agroecología impacte de una manera general”, señaló Blasina, quien destacó la cooperación de un técnico danés de la Universidad Wageningen (Países Bajos) para la incorporación de nueva tecnología en los cultivos.
“Ellos trabajan con algo que se llama predios faros, que son predios donde se aplican todo tipo de tecnologías que tengan que ver con esto, lo cual incluye robotización para sacar malezas, donde se hibridan la AgTech (tecnología agrícola) con la ecología, y que llegan a productores comerciales de todo tamaño”, explicó Blasina.
Por otra parte remarcó: “Nosotros creemos que la tecnología tiene que ser inclusiva, basada en la ciencia, pero inclusiva. Tanto si un productor arrocero como si un gran productor agrícola quieren hacer agroecología serán bienvenidos. No vamos a resolver las tres grandes crisis si no nos sumamos a todos”.
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Además, señaló desafíos como el aumento de la producción de alimentos, la estabilización de los precios, la restauración de los ecosistemas dañados, el control biológico de la garrapata o la mejora en la evaluación de la salud de suelos, respecto a los que resaltó algunas de las capacitaciones realizadas, como la horticultura urbana.
“Otro aspecto que tiene que ver con lo social (...) fue la constitución de dos huertas urbanas en la periferia de ciudades del interior del país (...), Rivera y Treinta y Tres. Son dos huertas que están funcionando”, dijo en referencia a este tipo de huertas de autoconsumo basadas en un modelo económico más sostenible.
“Las huertas urbanas han sido un éxito y tienen un potencial multiplicador muy interesante. La diversidad tiene que ver con la diversidad de la dieta de las personas y las dietas de las personas tiene que ver con su salud”, concluyó.
El proyecto de Cooperación Técnica, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se inició en julio de 2022 y se encuentra en la fase previa a su cierre.
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