Tres de cada cuatro venezolanos viven en pobreza extrema en medio de una larga crisis económica complicada por los confinamientos por la pandemia de COVID-19 y la escasez de combustible, señala el estudio Encovi, el más importante del país que mide las condiciones de vida de la población.
Un 76.6% de los hogares sufre pobreza extrema, ya que sus ingresos no cubren sus necesidades alimenticias, y un 94.5% pobreza, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2021, coordinada por la privada Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
La pobreza en Venezuela no ha dejado de aumentar desde que Hugo Chávez llegó al poder en febrero de 1999 e implementó su modelo al que autodenominó “Socialismo del siglo XXI”. Tras su fallecimiento en el 2013, fue sucedido por el ahora ilegítimo presidente Nicolás Maduro.
“Llegamos a un techo de la pobreza”, mientras la pobreza extrema sí sigue escalando, dijo el sociólogo Luis Pedro España en la presentación en Caracas de la encuesta, que estima la población de Venezuela en 28.7 millones de habitantes después de que más de cinco millones emigraran desde el 2014.
La pobreza en Venezuela, país que sufre una severa hiperinflación y su octavo año de recesión, aumentó desde 91.5% en el período 2019-2020 y la extrema desde 67.7%.
Las cifras de la encuesta distan de las ofrecidas por Maduro, quien aseguró, en su rendición de cuentas ante el Parlamento, que el 17% de la población vivía en la pobreza en el 2020 y solo el 4% en la pobreza extrema.
España explicó que el 5.5% de la población que se ubica por encima de la línea de pobreza ha podido “indexar” sus ingresos a la inflación y a la depreciación de la moneda local, el bolívar.
“Crisis de movilidad”
Hay una “crisis de movilidad” por las cuarentenas aplicadas en los últimos dos años y la falta de gasolina ante el colapso de la industria petrolera venezolana, lo que ha impactado en el número de trabajadores activos, subrayó España.
Solo el 50% de los venezolanos en edad de trabajar están activos según la encuesta, unos 7.6 millones. Las mujeres son las más perjudicadas, con apenas el 32.9% de las trabajadoras en actividad.
“¿Por qué en Venezuela está dejando la gente de trabajar? Comienzan a ser más altos los costos de ir a trabajar que la remuneración que vas a recibir”, expresó el especialista.
El salario mínimo mensual, complementado por un bono de alimentación obligatorio, apenas sobrepasa el equivalente a US$ 2 mensuales, insuficientes para cubrir, si quiera, el transporte. Este valor se ha debilitado tanto que ya ha dejado de ser referencia en el sector privado, donde el ingreso promedio es de unos US$ 50, según estimaciones empresariales.
Ante el colapso, el 86.5% de los hogares recibe ayudas gubernamentales y el 20% remesas de familiares en el extranjero.
Sin embargo, la pandemia ha golpeado las remesas: el 11% de los hogares que las tenía en el 2020 ha dejado de percibirlas y un 22% ha visto que disminuyen en cantidad y frecuencia.
Exclusión educativa
“Nos llegó la pandemia en un país que ya vivía una semiparalización” por la recesión, destacó por su parte Anitza Freites, coordinadora del estudio, quien destacó el impacto de la crisis en la educación.
De los 11 millones de personas en edad estudiantil (3 a 24 años), solo 65% están inscritas en centros educativos de los distintos niveles escolares, una caída de 5% con respecto al 2020, apuntó Freitez.
La cifra entre los potenciales estudiantes universitarios (18 a 24 años) apenas llega a 17%.
El 90% de quienes estudian lo han hecho en los últimos meses a distancia por el COVID-19, afectados por las fallas de servicios públicos como electricidad y conectividad, y 70% reportan necesidades de mejoras de acceso a internet.
Los responsables de la encuesta entrevistaron a 17,402 familias en 22 de los 24 estados de Venezuela entre febrero y abril.