La empresa petrolera estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela, solicitó a sus empleados dejar de usar taxis y limitar las llamadas internacionales en un esfuerzo por recortar costos, según un memorando enviado a su personal hace dos semanas visto por Bloomberg.
Los empleados deben reducir al mínimo las estadías en hoteles y suspender el arrendamiento de cualquier automóvil (blindado o no), según el memo. Cualquier tipo de reunión social patrocinada por la compañía debe ser aprobada previamente por su presidente, Manuel Quevedo, así como la compra equipos electrónicos, incluidos teléfonos celulares o tabletas. Un funcionario de prensa de PDVSA declinó hacer comentarios.
La ex gigante petrolera ha visto caer su producción de 3.71 millones de barriles al día en la década de 1990 a alrededor de 800,000 ahora. Los suministros irregulares son comunes en un país donde la escasez de alimentos e insumos médicos básicos han impulsado una de las olas migratorias más grandes de los últimos tiempos.
PDVSA anunció medidas similares hace casi dos años, cuando redujo sus costos en 50% luego de la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos y pidió a sus diferentes unidades de negocios más austeridad en medio de una “emergencia económica nacional”.