Las autoridades chinas instaron a las plataformas digitales de pedidos a domicilio a revisar y corregir algoritmos que puedan estar perjudicando a los repartidores, después de que la presión a la que se enfrentan estos trabajadores haya sido objeto de debate público tras una serie de incidentes.
La medida forma parte de una campaña impulsada por la Oficina de la Comisión Central de Asuntos del Ciberespacio, en colaboración con otros organismos, que busca “poner fin a prácticas algorítmicas inapropiadas que vulneren los derechos de usuarios y trabajadores del sector digital”, señala el texto, publicado este domingo y del que se hizo eco hoy la prensa estatal.
Entre las preocupaciones abordadas se encuentra la reducción de los tiempos de entrega, una política implementada por las plataformas de envíos a domicilio que incrementa la presión sobre los repartidores, quienes deben evitar retrasos a toda costa, lo que a menudo deriva en infracciones de tráfico y accidentes.
En este sentido, los organismos reguladores instan a las plataformas a que divulguen de manera “transparente” las reglas de sus algoritmos, incluyendo la estimación de tiempos y la planificación de rutas.
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Asimismo, deberán atender las reclamaciones de los repartidores relacionadas con factores fuera de su control, como accidentes de tráfico o condiciones meteorológicas adversas.
La campaña, que se extenderá hasta febrero del próximo año, también abarca a otros sectores del entorno digital, como las plataformas de vídeo en línea y comercio electrónico.
Según el comunicado, se busca resolver otras problemáticas como la discriminación de precios basada en el análisis de datos, que establece tarifas o precios distintos para diferentes usuarios.
Este mes, un repartidor de comida en la ciudad central de Wuhan amenazó a un cliente con un cuchillo, un suceso que provocó debate en las redes sobre la presión a la que están sometidos estos trabajadores.
En verano, otro dañó una valla en Hangzhou (este) mientras se apresuraba a entregar un pedido fue obligado a arrodillarse como castigo por los guardias de seguridad del recinto, un hecho que provocó una protesta en dicha ciudad de decenas de ‘riders’, que cobran menos de un dólar por entrega y apenas tienen tiempo para descansar.
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