La epidemia de peste porcina africana que hace estragos en algunos países de Asia, en particular en Vietnam y China, debería continuar en los próximos años, con la consecuencia de millones de cerdos sacrificados y precios al alza, apuntan los expertos.
El virus, que no es peligroso para el hombre pero destructor para los cerdos de criadero, se propagó desde agosto en varias provincias chinas. También se detectaron focos en Corea del Norte, Mongolia y Camboya.
"Nuestra familia está destrozada. Contábamos con los ingresos de los cerdos para pagar la escuela de nuestros hijos", explica el ganadero vietnamita Nguyen Van Duoc, obligado a sacrificar a los 36 animales de su granja, cerca de Hanói.
Desde que fue descubierto el primer caso en febrero, Vietnam sacrificó cerca de dos millones de animales, más de un 6% del total de cerdos que tiene el país.
En China, el principal productor y consumidor mundial de este animal, las autoridades anunciaron el sacrificio de un millón de cerdos desde agosto pero, según los expertos, está cifra está subevaluada.
La consecuencia es que los precios para comprar un cerdo vivo aumentaron un 40% en un año y la producción de carne porcina cayó un 30%, según varias estimaciones.
Las autoridades tomaron medidas sanitarias. China, Corea del Sur y Taiwán intensificaron además los controles en los aeropuertos y desplegaron perros.
Pero la propagación de la enfermedad es fulgurante en China, país que alberga la mitad de los cerdos vivos del planeta, según el informe Food Outlook de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publicado el 9 de mayo.
Los expertos no son optimistas de cara al futuro y creen que se necesitarán entre dos y 10 años para controlar el virus en Asia porque las normas sanitarias y de bioseguridad no están bien implementadas, sobre todo en las pequeñas explotaciones.
La mayoría de animales se alimenta con restos de alimentos, que son un vector de la enfermedad.
"La peste porcina se propaga como un reguero de pólvora en Asia porque los cerdos son los camiones de basura de Asia", afirma Simon Quilty, un analista independiente de Australia.
En total podrían ser sacrificados hasta 200 millones de cerdos en China, más de la mitad de la población porcina del país, según Christine McCracken, una analista del grupo holandés Rabobank. "El impacto sobre los precios será considerable", asegura.
En Hong Kong, el coste del cerdo importado se ha multiplicado por dos. "Tuve que reducir el suministro de dos cerdos a solo uno al día", explica Woo, un carnicero instalado en esta antigua colonia británica.
China está comprando carne porcina en el extranjero y las importaciones procedentes de la Unión Europea aumentaron del 20% al 30%. También están aumentado desde Canadá y Brasil.
Pero las importaciones no serán suficientes frente a la enorme demanda.
China producía hasta ahora 55 millones de toneladas de cerdo al año, un 45% del total mundial, y millones de chinos consumen esta carne a diario.
Esta crisis sanitaria ha abierto oportunidades para otros sectores y se espera que la producción de carne de ave aumente un 3% este año, según el departamento de Agricultura de Estados Unidos. Una parte podría exportarse a China.