El líder opositor Juan Guaidó dio un nuevo paso para expulsar del poder al presidente Nicolás Maduro, al aprobar este martes el Parlamento el retorno de Venezuela a un tratado regional de defensa que ampararía una eventual intervención militar.
Guaidó marcó así los seis meses de su autoproclamación como presidente encargado del país, con reconocimiento de medio centenar de naciones, entre ellas Estados Unidos, que no descarta una acción armada para sacar a Maduro.
"Aprobado por unanimidad de todos los presentes. Queda sancionada así (la ley)" que reincorpora a Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), dijo Guaidó durante una sesión legislativa en una plaza de Caracas.
"¡Sí se puede!", celebraron cientos de simpatizantes la decisión de la mayoría opositora. Venezuela se había retirado del acuerdo en el 2013.
"El TIAR no es mágico, no es un botón que apretamos y mañana se soluciona todo", matizó el opositor.
Guaidó ha dicho que este paso permitirá establecer "alianzas internacionales" para "defender al pueblo y la soberanía venezolana", sin mencionar explícitamente una intervención extranjera.
Pero no descarta esta opción para acabar con la "dictadura de Maduro", a quien el Legislativo declaró en "usurpación" del poder por considerar que su reelección en el 2018 fue fraudulenta.
"No le tenemos miedo a ningún espacio, siempre que ponga fin al sufrimiento de nuestra gente", sostuvo.
El anuncio no dejó satisfechos a todos. "Me parece más de lo mismo. Se necesitan medidas más fuertes", señaló Reina de López, comerciante de 59 años en la plaza Alfredo Sadel.
Las decisiones del Congreso son consideradas nulas por la justicia, que lo declaró en desacato en 2016.
¿Amenaza?
Adoptado en 1947 en plena Guerra Fría, el TIAR señala en su artículo 3 que un ataque armado contra un Estado americano, por parte de otro país, será considerado una agresión a todos sus miembros, que se comprometen a enfrentarlo conjuntamente.
"No es el caso de Venezuela", declaró a la AFP el internacionalista Mariano de Alba, indicando que "el escenario que aplicaría sería el del artículo 6", que en un país se presente una situación que "amenace la paz del continente".
Washington, que considera a Venezuela una "amenaza inusual y extraordinaria" para su seguridad, afirma que Hezbolá está activo en Venezuela, mientras Bogotá y el propio Guaidó acusan a Maduro de albergar a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Además de Estados Unidos y Colombia, del acuerdo forman parte países como Brasil, Argentina y Perú, duros críticos de Maduro, apoyado por China, Rusia, Irán y Turquía.
El tratado también prevé la ruptura de relaciones diplomáticas y económicas, e incluso del transporte marítimo, observa De Alba.
Para formalizar el reintegro, Guaidó debe comunicar la decisión a la Organización de Estados Americanos (OEA), que lo reconoce como presidente encargado.
De todos modos, la determinación de intervenir militarmente fuera de sus fronteras corresponde a cada país, según De Alba.
"No hay interés en una intervención militar en el hemisferio. Estados Unidos sabe que no puede adoptar ese enfoque sin ser parte de una coalición", comentó Michael Shifter, de Diálogo Interamericano.
Presión interna
La vuelta al TIAR se anuncia en momentos en que el gobierno y la oposición negocian una salida a la crisis con mediación de Noruega.
Guaidó busca "aumentar la presión para que las conversaciones avancen", estima De Alba.
Además, el opositor ha visto caer su poder de convocatoria y enfrenta presiones de un sector opositor que le pide más agresividad.
"Es una estrategia también para revitalizar al público opositor", observa el politólogo Ricardo Sucre.
La salida del TIAR fue acordada en el 2012 por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, que argumentaron que el pacto perdió sentido tras el conflicto bélico de 1982 entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, cuando Estados Unidos no apoyó a Buenos Aires.