La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto tan profundo en los consumidores europeos que puede cambiar permanentemente la forma en que la gente gasta su dinero, según un estudio publicado por el Banco Central Europeo.
Una parte sustancial de los entrevistados en una encuesta realizada a 7,500 hogares en la eurozona dijo que se dieron cuenta durante los confinamientos iniciales de 2020 que no extrañaron ciertos productos o servicios. La principal razón para reducir el consumo fue el riesgo de contagio, mostró el estudio.
“El hecho de que tantos hogares informen que “no extrañaron” lo que dejaron de comprar durante las cuarentenas, incluso después de que se levantaron las restricciones, indica que pueden estar ocurriendo cambios permanentes en la demanda de los consumidores”, dijeron en el estudio los investigadores Alexander Hodbod, Cars Hommes, Stefanie Huber e Isabelle Salle.
El cambio fue más evidente en el sector de la hostelería y los servicios. Por ejemplo, el 23% de los hogares franceses informó que no extrañaba ir a la peluquería, mientras que en Alemania, el 21% dijo que no extrañaba salir a comer.
Los cambios duraderos en el comportamiento del consumidor podrían amplificar los problemas en el sector empresarial, al tiempo que algunas empresas se enfrentan a una caída sostenida de los ingresos en la economía pospandémica, dijeron los autores. Eso podría aumentar las preocupaciones sobre la “zombificación”, o una situación en la que el amplio apoyo fiscal y los préstamos bancarios enmascaran el deterioro de las perspectivas de algunas empresas, dijeron.
Servicios como los restaurantes han sido la fuerza impulsora de la recuperación de la región durante el verano, al tiempo que las fábricas siguen obstaculizadas por la escasez de suministro. Un fuerte aumento de la inflación asustó recientemente a los consumidores, lo que provocó una marcada desaceleración del impulso.