Cinco nuevos ministros, incluyendo al jefe de Gabinete, asumirán el lunes en Argentina, en un intento del Gobierno peronista por superar la crisis política disparada por una aplastante derrota en las primarias legislativas.
Los nuevos funcionarios son mayormente experimentados dirigentes del peronismo, lo que indica que el Gobierno de centroizquierda ha priorizado la capacidad de gestión por sobre la ideología para dejar atrás la división política del oficialismo en medio de la grave crisis económica que sufre el país.
Los cambios se anunciaron el viernes pasado, luego de días de tensión por una disputa entre el presidente moderado Alberto Fernández y su vice, la poderosa exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, que representa al ala más radical de la coalición Frente de Todos.
Según los expertos, la renovación del Gabinete implica una victoria para la vicepresidenta, que pugna por un mayor gasto público para lidiar con el 42% de pobreza que registra el país, frente a Alberto Fernández, que pretende estabilizar la economía para reducir la alta inflación.
El oficialismo espera acortar en los comicios legislativos de noviembre la diferencia de 9 puntos porcentuales que la alianza opositora de centroderecha Juntos por el Cambio le sacó ocho días atrás en las primarias.
“El Gobierno necesita revertir el resultado en un par de provincias que eligen senadores, para no perder el quórum. Eso requiere repartir mucho dinero. Para eso necesita ministros avezados la ideología es secundaria”, explicó el analista político Andrés Malamud.
El gobernador Juan Manzur asumirá como jefe de Gabinete, el exministro Aníbal Fernández como titular de la cartera de Seguridad, el experimentado Julián Domínguez en Agricultura, Jaime Perzyck en Educación y Daniel Filmus en Ciencia. Santiago Cafiero, hasta ahora jefe de Gabinete, pasará a ser el canciller argentino.
Los mercados financieros seguían con atención la crisis política y el lunes volvían a caer debido a la incertidumbre sobre el futuro de la política económica.
Mientras intenta dejar atrás una recesión de tres años, el Gobierno negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pago de una deuda de US$ 44,000 millones.
Si bien las primarias solo definieron a unos pocos candidatos y no tienen mayores implicancias institucionales, se consideran un plebiscito de la gestión presidencial y un amplio sondeo antes de la votación de medio término de noviembre.