Nicaragua se ha sumado a la limitada lista de opciones para algunos cubanos que quieren y pueden emigrar ya sea definitivo o no, y tomar un respiro ante la crisis agravada por la pandemia, el recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos y la demora en las reformas económicas.
La decisión del gobierno de Daniel Ortega de eliminar la visa para los cubanos que deseen viajar a la nación centroamericana, respondiendo a una medida “humanitaria”, ha calado entre centenares de cubanos ansiosos por viajar.
Las aerolíneas Copa y Conviasa en La Habana, sin embargo, no están vendiendo pasajes por el momento -rondan los US$ 1,700 ida y vuelta y US$ 878 solo ida-, ni tampoco han confirmado vuelos directos La Habana-Managua.
Ello ha provocado la molestia de muchos cubanos que se han congregado estos días en la sede de esas compañías aéreas en La Habana reclamando que les vendan sus pasajes y rechazando la posibilidad de reembolso de los que ya habían adquirido.
“Estamos molestos porque compramos el billete en enero del año pasado y ahora nos dicen que no hay aviones y nos quieren devolver el dinero”, asegura una pareja que no quiso decir su nombre.
A su lado, una mujer se sumó al reclamo y explicó que “la respuesta de las aerolíneas es que no hay aviones. Lo que queremos es irnos”.
El caso cubano
El director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, Jorge Duany, explicó que seguramente aumentará el tráfico de cubanos a Nicaragua, ya sea para hacer compras y revenderlas en la isla, o desplazarse hacia México para cruzar la frontera con Estados Unidos.
Ya se ha producido un flujo cuantioso de cubanos hacia Estados Unidos y otros países, agravado por la crisis sanitaria, económica y política en Cuba y ese éxodo probablemente se intensificará en los próximos meses, vaticina el académico.
Recuerda que muchos cubanos buscan alternativas para emigrar sin visas, en vista del cierre de la sección consular de la Embajada de Estados Unidos en La Habana desde el 2017.
A su vez, el profesor cubano Antonio Ajá, del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana, apunta que no es un fenómeno exclusivo de Cuba, especialmente en los últimos años de pandemia.
Ejemplifica en su artículo “Migración internacional, el COVID-19 y la migración de Cuba” que en el 2020 se agravaron las tensiones por el endurecimiento del bloqueo (embargo) de Estados Unidos en un intento por ahogar aún más la economía, la sociedad y provocar el descontento en la población cubana.
A ello se suma la “relación antagónica y la sostenida agresividad de los Estados Unidos contra Cuba”, refiere.
La crisis del 2015
La decisión tiene el fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria, según comunicó el Gobierno de Ortega, uno de los aliados de Cuba en la región.
En el 2015 la nación centroamericana cerró sus fronteras con Costa Rica y miles de cubanos que pretendían seguir rumbo a Estados Unidos quedaron varados creando una crisis sin precedentes.
En aquel momento, la oleada de inmigrantes cubanos hacia el país norteño aumentó exponencialmente ante el temor a que el acercamiento entre Washington y La Habana -conocido como “deshielo”- dejara al margen las ventajas migratorias de los cubanos.
Dos años después, el entonces presidente Barack Obama (2009-2017) canceló con una orden ejecutiva la política de “pies secos, pies mojados” adoptada por el exmandatario William Clinton (1993-2001).
La misma permitía a los cubanos que tocaban tierra (pies secos) obtener la residencia permanente un año después de llegar, incluso si lo hacían ilegalmente, mientras que los interceptados en el mar (pies mojados) eran devueltos a la isla.
EE.UU. fomenta la migración, según Cuba
En lo que va del 2021 han sido devueltos 1,137 cubanos en 55 operaciones de ese tipo: 46 desde Estados Unidos, cinco de Bahamas, tres de México y una de Islas Caimán, informó al diario oficial Granma el segundo jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería, el coronel Lázaro Delgado.
El gobierno cubano atribuye el aumento al incumplimiento de Estados Unidos de entregar 20,000 visas anuales, la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano de 1966 -que permite a los cubanos solicitar la residencia permanente en Estados Unidos al año y un día de permanecer en ese país-, y el reforzamiento del embargo.
La suspensión del procesamiento y otorgamiento de visas de inmigrante y de no inmigrante en el Consulado estadounidense en La Habana y el traslado de estos trámites a terceros países ha fomentado asimismo las salidas ilegales, denunció también.
Estados Unidos redujo al mínimo la actividad y el personal de su Embajada en La Habana y desvió los servicios consulares a terceros países después de que en el 2017 casi una treintena de sus diplomáticos sufriera unos misteriosos “incidentes de salud” cuyos motivos aún no han sido aclarados.
Éxodos anteriores
A cada crisis económica, le sigue una oleada migratoria, al menos así ocurrió en 1965 cuando el entonces presidente Fidel Castro anunció que cualquier persona con un familiar en el extranjero podría irse y dispuso para ello el puerto de Camarioca (Matanzas).
Luego, en 1980, más de 125,000 cubanos se fueron en solo siete meses por el puerto del Mariel -a 55 kilómetros de La Habana-, en lo que fue el éxodo masivo más grande hasta el momento.
En la otra crisis de 1994, la de los balseros, ocurrió en pleno “período especial” cuando más de 30,000 personas cruzaron el peligroso Estrecho de la Florida en precarias embarcaciones, una estampida que obligó a ambos países a acordar canales oficiales para normalizar el flujo migratorio, según Ajá.
El académico recuerda en el artículo “La emigración cubana. Balance en el siglo XX” que Estados Unidos ha sido históricamente el principal receptor de cubanos debido a la cercanía geográfica (90 millas) y el trato preferencial por cuestiones políticas.
La vecina nación estimuló la salida de cubanos en el Programa de Refugiados Cubanos a inicios de los años sesenta y la Ley de Ajuste Cubano de 1966, vigentes actualmente, añadió.