La NASA señaló este martes que el agujero que se abre anualmente en la capa de ozono por encima del Polo Sur de la Tierra fue relativamente pequeño en 2024, en comparación con otros años, y apuntó que dicha capa podría recuperarse por completo en el año 2066.
Su comunicado señaló que durante el llamado pico de la temporada del agotamiento de la capa de ozono, del 7 de setiembre al 13 de octubre, la superficie del agujero de ozono de 2024 ocupó el séptimo lugar como la más pequeña desde que comenzó su recuperación en 1992.
Ese año comenzó a entrar en vigor el Protocolo de Montreal, un histórico acuerdo internacional para eliminar gradualmente los productos químicos que agotan el ozono de la atmósfera.
Los científicos describen el “agujero” del ozono como la zona en la que las concentraciones de ozono caen por debajo del umbral histórico de 220 unidades Dobson.
El agujero alcanzó su mayor extensión en un día el 28 de setiembre, con 22.4 millones de kilómetros cuadrados.
Según la NASA, la mejoría experimentada se debe a una combinación de disminuciones continuas en los productos químicos nocivos llamados clorofluorocarbonos (CFC), junto con una infusión “inesperada” de ozono que fue transportado por las corrientes de aire desde el norte de la Antártida.
La NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) utilizan para informar sobre la clasificación de los agujeros en la capa de ozono un período de tiempo que se remonta a 1979, cuando los científicos comenzaron a hacer seguimiento de los niveles del ozono de la Antártida mediante datos satelitales.
Usando ese registro, el agujero de este año se ubicó en el puesto número 20 entre los más pequeños en área.
El líder del equipo de investigación de la capa de ozono de la NASA, Paul Newman, consideró que la mejoría gradual registrada “muestra que los esfuerzos internacionales para frenar los productos químicos que destruyen la capa de ozono están funcionando”.
La agencia espacial estadounidense recordó que la capa rica en ozono en la parte superior de la atmósfera actúa como un protector solar planetario que ayuda a protegernos de la dañina radiación ultravioleta (UV) del Sol.
Las regiones con el ozono agotado permiten que llegue más radiación UV a la superficie de la Tierra, lo que da como resultado un aumento en los casos de cáncer de piel y de cataratas. La exposición excesiva a la luz ultravioleta también puede reducir el rendimiento de la producción agrícola.