Las democracias del continente americano afrontan grandes desafíos, pero “las dictaduras están peor”, en medio de crisis humanitarias, sin apoyo popular ni “narrativa” y con cero probabilidades de un “milagro”, dice el director del Instituto Interamericano para la Democracia, Carlos Sánchez Berzaín.
“Están en estado terminal y no hay un Hugo Chávez ni una Unión Soviética que puedan venir en su auxilio”, asevera en el contexto de la presentación de su último libro, “Ensayos sobre Libertad y Democracia en las Américas”.
Refugiado en Estados Unidos desde la caída en el 2003 del entonces presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien era ministro, Sánchez Berzaín ha reunido en esa obra ensayos inéditos y publicados que abarcan también temas como “el castrochavismo y el terrorismo de Estado” y el sistema interamericano.
También aborda la política de Estados Unidos hacia sus vecinos en el continente, a los que abandonó cuando se embarcó en la guerra contra el terrorismo después de los atentados del 11 de setiembre del 2001, un “trauma” que cambió al mundo, dice.
El 11-S y la Carta Democrática Interamericana
El exministro y excandidato presidencial boliviano reflexiona en uno de sus ensayos acerca del hecho de que el 11 de setiembre del 2001, el mismo día de los atentados en Estados Unidos, se firmase en Lima la Carta Democrática Interamericana con el fin de garantizar la vigencia de la democracia en el hemisferio occidental.
El 11-S hizo que Estados Unidos “abandonara la región y dejara el espacio abierto a ese proyecto llamado Socialismo del siglo XXI, liderado por Chávez y desarrollado con metodología cubana”, subraya.
A su juicio, aquellos hechos traumáticos contribuyeron también a que, con Estados Unidos enfocado en combatir el terrorismo islámico, un país con un sistema totalitario como China ganase poder en la escena internacional hasta convertirse en una superpotencia.
Cuba, país al que están dedicados cinco de los ensayos del libro, es para este abogado que fue ministro de Gobierno y de Defensa de Bolivia “el peor escenario de libertad y democracia” en América.
“Venezuela ya es Cuba” es el título dedicado al país que con su riqueza petrolera hizo posible la expansión de un proyecto que se cobró también a Nicaragua y además, según Sánchez Berzaín, a Bolivia, su país natal. “Bolivia es la dictadura encubierta”, asevera.
Una “dictadura encubierta”
Según el director del Instituto Interamericano para la Democracia, en Bolivia faltan los “elementos esenciales de la democracia”: organizaciones de derechos humanos como Human Rights Foundation “certifican” que hay presos políticos, exiliados y refugiados, el poder judicial tiene una “absoluta dependencia” del Ejecutivo y “no hay vigencia del estado de derecho”.
“El mundo prefiere poner a Bolivia en la lista de países sin problemas, porque ya hay demasiados problemas; prefiere creer que es un gobierno de izquierdas más que una dictadura”, afirma.
Pero, además, según Sánchez Berzaín, que salió de su país en medio de protestas populares por un acuerdo para exportar gas a Chile que derivaron en una grave crisis política, Bolivia es “un narcoestado”.
La “presa política número uno” de Bolivia -dice- es la expresidenta provisional Jeanine Áñez, que, pese a que acabó dirigiendo un “gobierno de continuidad”, estuvo presa un año “ilegalmente”, luego fue condenada a diez años de cárcel y todavía debe responder a otras causas judiciales.
“La oposición es funcional y está secuestrada”, dice el autor de “Ensayos sobre Libertad y Democracia en la Américas”.
Todas las dictaduras del continente practican el terrorismo de Estado, lo que significa que buscan “aterrorizar a la población” y que no quieren que el pueblo “esté bien sino asustado y sometido”, pero actualmente pasan por malos tiempos, subraya.
A las graves crisis económicas y humanitarias provocadas por sus políticas se suma que “no hay pueblo” que las apoye.
“El apoyo popular a esos gobiernos dictatoriales no llega al 15%, el resto es falsificación”, nadie les cree ya la “narrativa” de que son “revolucionarios” y no hay en el horizonte un salvador como lo fueron la URSS y luego Chávez para Cuba, añade.
“Están en estado terminal, es cuestión de semanas o meses”, asegura.