Más de medio millar de libros fueron “cuestionados” en 2019 en las bibliotecas, escuelas y universidades de Estados Unidos, una forma de censura posterior a la publicación que ha continuado en el 2020 a pesar de la pandemia, y de la que no se libra ni la saga de Harry Potter ni “Cien años de soledad”.
Los libros de temática LGTBQ fueron los que más amenazas sufrieron el año pasado pero este año parece que lo son los que tienen que ver con denuncias de racismo, identidad afroamericana e historias de la segregación racial, según la Oficina de Libertad Intelectual (OIF) de la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA).
La semana de los libros prohibidos
La OIF analiza y compila cada año lo que denomina “cuestionamientos” a libros y materiales en las bibliotecas públicas y en las de escuelas y universidades. Y los presenta durante la “Semana de los Libros Prohibidos” que este año se celebra del 27 de setiembre al 3 de octubre en todo el país.
En el 2019 hubo 566 casos de libros y materiales “cuestionados”, como los denomina la Oficina de Libertad Intelectual.
“La lista (de libros cuestionados) es un reflejo del momento que vive la sociedad”, dice la puertorriqueña Loida García-Febo, que fue presidenta de ALA en el periodo 2018-2019.
Quizás por eso la OIF ha constatado este año esfuerzos para “retirar libros referidos o escritos por personas de color” en un momento de protestas contra el racismo y la violencia policial y de movimientos como Black Lifes Matter (Las vidas de los afroamericanos importan).
En Chattanooga (Tennessee) dos libros de esa temática, los premiados “Monster”, de Walter Dean Myers, y “All American Boys”, de Brendan Kiely y Jason Reynolds, fueron sacados de una lista de títulos de lectura obligatoria para estudiantes.
Libros de temática LGTBQ y racial en la mira de los censores
En Missouri, los padres de alumnos se quejaron de un libro infantil del astronauta afroamericano Ron McNair en el que hace referencia a que durante la segregación racial tuvo problemas para obtener una tarjeta de la biblioteca pública de su ciudad, un tema que no consideran apropiado para niños.
García-Febo señala que en Estados Unidos afortunadamente no ha habido quemas de libros como las de ejemplares de “Versos Satánicos” de Salman Rushdie en algunos países, pero hay otras maneras de impedir que puedan llegar a sus lectores.
La más común es quejarse ante las autoridades para lograr que lo retiren de las bibliotecas o de las listas de lectura por razones morales, políticas o de otra índole, pero hay otras como la de tomar prestado el libro de la biblioteca y no devolverlo nunca o hacerlo meses más tarde o arrancar páginas o causar otros daños al volumen.
La especialista en bibliotecas dice que los cuestionamientos suelen venir de parte las juntas escolares, de grupos políticos o religiosos, de maestros y bibliotecarios y de funcionarios electos.
Según OIF, en la lista de los diez libros más cuestionados el año pasado el número uno es para “George” de Alex Gino, un libro de temática LGTBQ y específicamente transexual, que ha sido “cuestionado, prohibido, restringido y escondido”.
Le siguen “Beyond Magenta; Transgender Teens Speak Out”, de Susan Kuklin, y “A Day in the Life of Marlon Bundo”, de Jill Twiss e ilustrado por EG Keller, ambos de temática similar al primero.
Los clásicos no se salvan
Entre los diez chocan dos “clásicos”: “El cuento de la criada” (“The Handmaid’s Tale”), la historia distópica de Margaret Atwood, en el puesto siete, y la serie de Harry Potter, de J.K. Rowling, en el nueve, el primero por obscenidad y “vulgaridad y alusiones sexuales” y el segundo por sus referencias a la magia y la hechicería.
García-Febo dice que puede aparecer “increíble” que esos libros estén en la lista, pero recuerda que en el pasado han sido cuestionados “Cien años de soledad”, del Nobel García Márquez, “La casa de los espíritus” de Isabel Allende o “De cómo las muchachas García perdieron el acento”, de Julia Álvarez, por citar libros escritos o traducidos al español.
La Biblia ha sido censurada miles de veces en el mundo, dice la especialista para recalcar que esto no es algo nuevo en la historia.
Durante la Semana de los Libros Prohibidos se divulgará una lista de los cien libros cuestionados con más frecuencia durante la década pasada y se celebrarán debates y otras actividades sobre las amenazas a la libertad intelectual durante la pandemia.
La expresidenta de la Asociación Americana de Bibilotecas augura que en la lista del 2020 puede haber, además de libros de temática LGTBQ y de problemas raciales, algunos cuestionamientos a obras sobre aspectos científicos del COVID-19 que algunos grupos no quieren que sean divulgados ni tenidos en cuenta.
Todas las acciones contra los libros van contra “la diversidad de pensamiento” y para impedir que quienes los lean “saquen lecciones para tomar decisiones sobre su propia vida”, dijo García-Febo, quien instó a todo el mundo a leer un “libro prohibido” y participar en otras actividades de una semana que “alza la voz” contra la censura.