La guerra de nervios entre Argentina y sus acreedores para reestructurar parte de su deuda pública seguirá sin tregua más allá del viernes, el ‘Día D’ fijado por el gobierno para que le respondan a su propuesta por sí o por no.
Nadie en el mercado o el sistema político cree ya que el 8 de mayo se termine la negociación. La nueva fecha crucial pasó a ser el 22 de mayo, último día del período de gracia de un bono por US$ 500 millones, cuyo pago o impago se convertirá en dato clave para saber si el país cae en default parcial.
El presidente Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, han planteado a los acreedores una suerte de “tómelo o déjelo” sobre la oferta de reestructuración, al enfatizar que se trata de “la última oferta” y que “Argentina no puede pagar” más de lo que ofrece.
Pero "el default no le conviene a nadie", advierte Matías Rajnerman, economista de la consultora Ecolatina.
"Que la Argentina diga que es la última oferta no quiere decir que lo sea, es para negociar", explicó de su lado Víctor Beker, director del Centro de Estudios Económicos de la privada Universidad de Belgrano.
La oferta plantea que unos US$ 66,000 millones en bonos en dólares emitidos bajo legislación extranjera gocen de tres años de gracia y sendas quitas del 62% sobre intereses (US$ 37,900 millones) y del 5.4% sobre el capital (US$ 3,600 millones).
Bonistas se pintan la cara
Grandes acreedores, como el fondo de inversión mundial Black Rock, rechazaron el ofrecimiento argentino y se pintan la cara para una batalla de largo aliento.
"En Wall Street dicen que la oferta no es descabellada y sería una torpeza empujar el default", comentó Pablo Tigani, master en Política Internacional, conocedor del mercado de Nueva York.
La deuda argentina ascendía a US$ 323,000 millones a finales del 2019, el equivalente a 90% del PBI del país sudamericano.
Unos US$ 44,000 millones corresponden a compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Son parte de los US$ 57,000 millones acordados al gobierno de Mauricio Macri en el 2018 en medio de una corrida cambiaria, para prevenir un default cuando a Argentina se le cerraban las puertas de la comunidad financiera.
¿Cuánto se puede extender la incertidumbre? "No creo que tengamos novedad hasta el 22 de mayo. La situación es tensa. No auguro una solución rápida", opinó el analista Carlos Fara, titular de la consultora homónima.
El mayor default de la Historia, por US$ 100,000 millones, lo declaró Argentina en medio de su peor crisis económica en el 2001.
Aquel año se desplomó como un gigante con pies de barro el modelo de convertibilidad que fijó durante 11 años el artilugio de que un peso valía un dólar.
Con un fuerte aumento de precios de commodities agrícolas y exportaciones de vehículos, ingresaron luego al país dólares a raudales, que permitieron a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015) acordar con los grandes acreedores para reestructurar el 93% de la deuda.
Pero los conocidos como 'fondos buitres' o especulativos, con el 7% restante, litigaron hasta que el gobierno de Macri les pagó al contado US$ 11,000 millones.
Después el gobierno de Macri tomó deuda por otros US$ 100,000 millones y un día de abril hace dos años, el mercado le dijo basta.
Fernández suma aliados
¿Cuál es la estrategia de Fernández? "Si el gobierno llegaba a decir 'ésta es la propuesta y si no les gusta tengo otra', no podría negociar", señaló Rajnerman, al justificar el tono agresivo de Fernández y Guzmán.
Ambos tienen el aliado jamás pensado: el FMI, según el cual la deuda, así como está, es insostenible para Argentina.
Esta semana lograron además el consenso de grandes patronales, la central obrera y los 24 gobernadores, incluso los opositores.
¿Les alcanza? El gobierno remueve el fondo de la olla. Se arrastran dos años de recesión y este año el PBI caerá casi 6%, según el FMI. Las exportaciones cayeron 40% y hay parálisis económica por la pandemia del coronavirus.
El Banco Central no da abasto a emitir billetes en un país con 50% de pobres, ocho millones de personas sin ingresos que ahora viven de subsidios, e inflación por encima de 50% anual.
Argentina postergó el martes el pago de una cuota de US$ 2,100 millones de su deuda con el Club de París "tras haberlo solicitado" y en un marco de "comprensión" de los acreedores, informó una fuente del gobierno.
En este contexto, la puja con los acreedores recién está escalando.
“Es probable que el gobierno extienda hasta el 22 (de mayo el plazo para adherir a su oferta) y que abran un canal de negociación, si la cosa no viene bien: tiene que elegir entre pagar los intereses o un default”, remató Ignacio Labaqui, analista senior en Medley Global Advisors.