La promesa del Gobierno de Luis Arce de que Bolivia se convierta en uno de los “productores más importantes” de litio en el mundo “está lejos” de cumplirse, debido a que la principal planta industrial, inaugurada hace un año, no logra funcionar hasta la fecha y deja dudas sobre su capacidad, dijo el experto Héctor Córdova.
El complejo industrial, ubicado en el municipio de Colcha K, en el salar de Uyuni, al suroeste del país, fue presentado el 13 de diciembre de 2023, cuando el presidente anunció que produciría 15,000 toneladas métricas de carbonato de lito por año y cuya inversión inicial era de 669 millones de bolivianos (US$ 96 millones).
«No creo que se pueda alcanzar una producción plena (de la planta) pronto, en un corto plazo», afirmó a EFE el también expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
La previsión que adelantó Arce el año pasado era de que la planta tuviera un 20% de capacidad de producción hasta enero de este año y hasta la fecha lograra funcionar en un 100%, pero no se cumplió el compromiso.
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Inconvenientes de las instalaciones de litio en Bolivia
Córdova explicó que el complejo industrial, que se comenzó a construir en el 2019, cuenta con 160 piscinas de evaporación distribuidas en «20 líneas» de trabajo, de las cuales «solo 9 han trabajado bien», aunque con interrupciones.
«Además, las piscinas están recubiertas de 3 membranas para que no filtre el agua. Dadas las características de allá, las piscinas se tienen que llenar de salmuera, sino tienden a quebrarse, y sabemos que no se llenaron a tiempo», explicó el especialista en minería.
Otro inconveniente que presenta la planta es la producción de agua «ultra pura», como materia prima, que para Córdova no abastecería para todo el complejo industrial.
«Mientras no se construyan todas las piscinas por completo, es imposible que la planta comience a funcionar, no hay forma», enfatizó el expresidente de la Comibol.
El especialista dijo también que de la planta se debe obtener carbonato de litio «de buena calidad», pero conoce que después de realizarse pruebas «no se llega a esa pureza que se necesita», por lo que si se vende en ese estado «no llegaría ni a la mitad del precio original».
«Una planta tarda máximo un año para terminar de ser acondicionada. En enero hubo una inspección y se detectó varias fallas, todo eso se tiene que subsanar, entonces la solución no será pronto», aseguró Córdova.
Acuerdos y convenios trabados
Paralelamente al complejo industrial, el Gobierno de Arce firmó acuerdos y convenios con empresas de Rusia, China e India que anunciaron plantas de litio y trabajos de extracción directa y carbonatación.
Sin embargo, ninguno de esos proyectos se ejecutan porque no llegaron al Legislativo para su aprobación.
En septiembre, la empresa rusa Uranium One Group firmó un contrato con la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para construir una planta de extracción directa y carbonatación de litio, que tiene una inversión de más de US$ 950 millones y con la que se espera obtener 14,000 toneladas anuales del mineral.
A eso se suma los acuerdos firmados el año pasado entre el Gobierno boliviano y las compañías chinas CATL BRUNP & MOC (CBC) y Citic Guoan para el diseño y construcción de plantas de carbonato de litio.
Además, se suscribió un convenio con la firma india Altimin para desarrollar tecnología en la fabricación de baterías de ion litio.
Acuerdos vigentes
En todos esos casos, los acuerdos firmados están vigentes, pero necesitan la probación de la Asamblea Legislativa para que comiencen a realizar los trabajos, algo que hasta la fecha no se da.
Uyuni es el mayor salar situado en la región de Potosí y a más altura en el mundo, con unos 10,000 kilómetros cuadrados, a unos 3,600 metros de altitud.
Está considerado, además, como una de las mayores reservas mundiales de litio y es uno de los principales atractivos turísticos de Bolivia.
El país andino ya tiene en funcionamiento plantas de industrialización de sales y cloruro de potasio, y una piloto de carbonato de litio.
Según YLB, Bolivia posee la primera reserva mundial de litio al haber pasado de 21 a 23 millones de toneladas.