Las propuestas liberales del próximo presidente de Argentina, Javier Milei, caen bien al FMI y entusiasman a los inversores; no obstante, hay expertos que consideran que hay que “ser cauto”, ya que el nuevo mandatario no descartó del todo la dolarización de la economía.
En una entrevista con EFE, el jefe de Investigación del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés) para América Latina, Martín Castellano, opina que “es algo que va a volver”, porque “es algo que Milei no ha dejado de lado completamente”, aunque el equipo entrante haya “tomado nota” de “los costos y la viabilidad de hacerlo ahora”.
El economista de la asociación de bancos globales, que reúne unos 400 miembros, había advertido de que es “complicado” implementar la dolarización en Argentina y observó “con preocupación” la ecuación costo-beneficio de reemplazar el peso argentino, ya que el país carece de divisas para hacerlo y afectaría su crecimiento económico.
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Milei asumirá el 10 de diciembre la Presidencia de Argentina, después de tener como bandera la dolarización, la eliminación del Banco Central y pasar la motosierra por el gasto público para resolver los fuertes desequilibrios macroeconómicos, como una inflación que roza el 150 % anual.
Tras ganar las elecciones, el presidente electo fue moderando su discurso.
“La alianza con el partido más de centro (Juntos por el Cambio), (el expresidente Mauricio) Macri (2015-2019) y (la excandidata a presidente de ese espacio, Patricia) Bullrich permitió moderar algunas de las propuestas más controversiales como la dolarización”, afirma Castellano.
Los inversores reaccionaron con entusiasmo porque Argentina dejaba “atrás un modelo plagado de distorsiones, desbalances y problemas en el manejo de la política económica”, explica Castellano respecto del Gobierno de Alberto Fernández (peronismo) y su ministro de Economía, Sergio Massa, y porque la propuesta de Milei es “reformar el Estado, abrir la economía y darle espacio a la inversión privada”.
“Hay que ser cauto”, advierte Castellano, porque prevalecen los “riesgos” provenientes de las condiciones iniciales de la nueva administración y de la implementación del nuevo programa.
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Estanflación
“2024 va a ser un año muy duro: recesión, alta inflación, seguramente de tres dígitos, como estamos viendo este año, muchos problemas también de tensión social, resistencia en la implementación de medidas. El riesgo de implementación del programa es alto, porque las condiciones de las que se parte son muy complicadas, hay muchos desequilibrios. Seguramente, los ajustes que se prevén van a generar problemas”, explica Castellano.
Su escenario base de caída del PIB es de 1,3 % en 2024.
Milei advierte a la población de que habrá estanflación y que buscará equilibrio fiscal en 2024; designó a un exministro de Finanzas y expresidente del Banco Central de la gestión de Macri, Luis Caputo, al frente del Ministerio de Economía, y viajó a Estados Unidos para reunirse con funcionarios de Joe Biden y de organismos internacionales.
“Lo más urgente” es “reducir las necesidades de financiamiento y atacar el frente fiscal”, indica Castellano, quien agrega: “El nuevo gobierno va a necesitar urgentemente recomponer reservas” en un contexto en que “es difícil ver financiamiento significativo de entrada”.
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FMI
La nueva Administración ya comenzó a negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que Argentina tiene un programa para refinanciar una deuda que ya asciende a 46 mil millones de dólares y vencimientos por delante sin reservas internacionales y con el mercado de deuda cerrado.
“Fue bueno el viaje a Estados Unidos” y “a conversar con las autoridades del FMI”, explica Castellano, porque “abrir ese canal de diálogo es fundamental”, ya que “Argentina va a tener que renegociar el acuerdo” y “en la medida que ya esas conversaciones estén en marcha, eso puede abrir distintas opciones para cumplir con esos pagos en el corto plazo”.
“Dada la exposición que tiene el FMI en el país, creo que la disposición para trabajar es alta”, opina Castellano, porque el crédito de Argentina es el más alto de la historia del organismo.
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Entre las pocas opciones de financiamiento disponibles para Argentina, Castellano menciona “posponer los pagos (con el FMI) en el marco de una negociación y un acuerdo” porque “hoy el apetito por aumentar la posición argentina de los inversores es bastante limitado” y van a “esperar a que la macroeconomía se empiece a estabilizar” para aumentar la exposición al país sudamericano.
Por el lado de las cuentas públicas, los inversores esperan “ver cómo se va a implementar el ajuste fiscal”, dice, al tiempo que señala que “hay mucha preocupación por las condiciones en las que está la economía”.