El Gobierno de Hong Kong intensificará en 2025 su respuesta a la crisis de la vivienda con un plan para construir 189,000 nuevas unidades en los próximos cinco años, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de 220,000 ciudadanos y erradicar las conocidas como ‘casas jaula’.
Esta medida responde a la solicitud del presidente chino, Xi Jinping, de ofrecer espacios “más dignos” a personas de bajos recursos en uno de los mercados inmobiliarios más caros del mundo.
Pekín ha insistido a las autoridades locales para que eliminen los pisos subdivididos, y las conocidas como ‘casas ataúd’ o ‘viviendas jaula’ antes de 2049, describiendo la escasez habitacional como un “problema profundamente arraigado”.
Estos espacios, caracterizados por su reducida dimensión, apenas proporcionan lo mínimo necesario para una persona. Frecuentemente, carecen de los estándares adecuados de seguridad, aislamiento y mantenimiento.
La situación se remonta a la Política de Casas Reducidas, implementada en 1972 por la administración colonial británica, cuyo propósito era ampliar los terrenos habitables. Esta normativa continuó tras el retorno de Hong Kong a la soberanía china.
Además, la geografía montañosa de la región agrava esta situación al restringir el espacio urbanizable. Con un 75% del territorio destinado a áreas verdes protegidas, es complicado hallar terrenos para construir.