Los muertos en Gaza alcanzaron este lunes los 36,050, después de que 66 personas murieran por el fuego israelí en las últimas 24 horas, 45 de ellos en el bombardeo contra un campo de refugiados de Rafah (al sur de Gaza) la pasada noche, según concretó el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
Médicos Sin Fronteras (MSF) y la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) denunciaron este lunes la masacre de Rafah, al sur de Gaza, por un bombardeo israelí contra un campamento de refugiados que dejó unos 50 muertos, y que calificaron de “una noche sangrienta” y “aterradora”.
“Ha habido ataques contra un campo de civiles en el área de Tal al Sultan, donde MSF cuenta con un centro de estabilización de heridos”, dijo en un comunicado la coordinadora médica de la organización en Gaza, Martina Marchio.
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En su testimonio, Marchio aseguró que, fruto de los “múltiples bombardeos” en Rafah, sus trabajadores llegaron a recibir hasta 128 heridos, 28 de los cuales llegaron muertos.
“Estamos horrorizados por estos últimos acontecimientos que demuestran, una vez más, que no hay lugar seguro en Gaza”, sentenció la coordinadora, para insistir en la petición de un alto el fuego “inmediato y permanente”.
Los ataques contra “familias en busca de refugio” son “aterradores”, declaró UNRWA en la red social X, que alegó además no poder contactar con sus trabajadores en el terreno para confirmar su ubicación o asegurarse de su bienestar.
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“Gaza es el infierno en la tierra. Las imágenes de la pasada noche son otra prueba de ello”, compartió la agencia.
El bombardeo se produjo en un campo de desplazados próximo a un almacén de UNRWA en el barrio de Tal al Sultan, al noroeste de este devastado enclave palestino.
La zona estaba considerada una “zona segura”, ya que el Ejército israelí aún no había ordenado evacuarla en el marco de la operación militar en la ciudad que lleva a cabo desde el 6 de mayo, y por la que sí ha llamado a vaciar áreas del este y centro de Rafah.