La aplicación de seguimiento de contactos “StopCOVID”, apoyada por el gobierno de Francia, debería entrar en la etapa de prueba en la semana del 11 de mayo, cuando el país comience a levantar las medidas de confinamiento, dijo el domingo un ministro del gobierno.
El ministro de Asuntos Digitales, Cedric O, miembro del círculo cercano del presidente Emmanuel Macron, presentó la aplicación como un elemento clave de la estrategia de Francia para la lucha contra el coronavirus, mientras las autoridades discuten la posibilidad de realizar pruebas masivas.
"No hay nada mágico sobre esta aplicación, pero tampoco es coquetería tecnológica", escribió O en la plataforma de publicación en línea Medium. "Solo es útil si está integrado en un sistema de salud global".
Los países buscan desarrollar aplicaciones para evaluar el riesgo de que una persona infecte a otra, ayudando a aislar a aquellos que podrían propagar la enfermedad.
Al igual que otros en Europa, Francia ha elegido los contactos de corto alcance entre dispositivos vía Bluetooth como el mejor enfoque, descartando la opción de usar datos de ubicación que han escogido algunos países en Asia por considerarla intrusiva.
No obstante, existe un debate sobre si registrar dichos contactos en dispositivos individuales o en un servidor central, lo que sería más útil para los equipos de rastreo de contactos existentes que trabajan con teléfonos y visitan domicilios para advertir a aquellos que pueden estar en riesgo.
Hasta ahora, Francia ha optado por un enfoque "centralizado", que necesitaría que Apple cambie la configuración de sus iPhones. El fabricante de teléfonos inteligentes se ha negado a ceder, aunque las conversaciones con la compañía estadounidense continúan, dijo O.
"La salud y la soberanía tecnológica de Francia es la libertad para que nuestro país pueda elegir y no verse limitado por las elecciones de una gran empresa, por innovadora y eficiente que sea", escribió O.
El socio europeo más importante de Francia, Alemania, optó la semana pasada por una tecnología que soportan los teléfonos inteligentes con sistemas operativos de Google y Apple, al igual que un número creciente de otros países europeos.