Los ingresos petroleros, la línea de vida financiera de Venezuela, se están agotando rápidamente, lo que se suma a la creciente inestabilidad del asediado régimen de Nicolás Maduro.
Las exportaciones de crudo que alguna vez representaron el 95% de la entrada de divisas al país cayeron casi la mitad este mes, después de alcanzar un mínimo de 73 años en mayo. La caída se produce cuando las sanciones de Estados Unidos continúan apuntando a Venezuela, hogar de las mayores reservas de petróleo del mundo.
El régimen de Maduro ya está plagado de una crisis humanitaria agravada por la pandemia global que está minando la demanda interna de combustibles. Se espera que solo se cargue un petrolero más durante los 12 días restantes del mes, según los documentos. Venezuela solía cargar dos embarcaciones por día hace dos años, antes de que se impusieran las sanciones financieras.
Los tanques de almacenamiento de petróleo en el país están casi llenos, lo que obliga a los operadores a cerrar la producción a niveles no vistos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Es casi imposible vender crudo a compradores extranjeros con la mayoría de los buques petroleros reservados para exportar crudo obligados a cancelar debido a las sanciones de la Administración Trump.
“Sin el dinero del petróleo, la vida se vuelve mucho más difícil para Maduro”, asegura Diego Moya-Ocampos, consultor de riesgo político en IHS Markit en Londres. “Tendrá que depender más de la minería de oro y actividades ilegales como el narcotráfico para pagar su aparato de seguridad”.
Los envíos de petróleo, utilizados para el intercambio de combustibles y alimentos, cayeron a 167,222 barriles por día este mes hasta el jueves, un 45% menos en comparación con el mismo período de mayo, según muestran datos de programas de carga y seguimiento de barcos compilados por Bloomberg.
Después de que Estados Unidos impusiera sanciones contra la firma mexicana Libre Abordo SA de CV y su filial Schlager Business Group, Venezuela comenzó a depender de los envíos a su aliado Cuba y al refinador italiano Eni SpA y Repsol SA de España. Tanto Eni como Repsol han dicho en el pasado que están recibiendo petróleo como pago para saldar viejas deudas.
“Repsol recibe cargas como pago de deudas pendientes”, dijo el portavoz Kristian Rix en un correo. “Repsol cumple totalmente con las leyes y las regulaciones internacionales y, por supuesto, seguirá haciéndolo”.
Eni ha estado recuperando cuentas por cobrar de PDVSA a través del suministro de petróleo crudo, en pleno cumplimiento de las sanciones de Estados Unidos, según un comunicado de la compañía.
Los inventarios se han disparado a medida que las exportaciones caen. Las existencias promedian 15,2 millones de barriles en junio, un 43% más en comparación con enero. Los tanques tienen suficiente espacio libre para almacenar no más de 800.000 barriles, según los documentos. Como resultado, las instalaciones de mejoramiento del petróleo administradas por la compañía petrolera estatal, Petróleos de Venezuela SA, en alianza con Chevron Corp. y China National Petroleum Corp. tuvieron que detener las actividades en junio, ya que se quedaron sin espacio para almacenar crudo.