Desde los vestidos de gala en malla de oro, pasando por las gafas talladas en ese metal, el zoco de Dubái vuelve a relucir tras un estricto confinamiento. Faltan sin embargo los principales protagonistas: los clientes.
Para los joyeros, la reapertura de uno de los mayores mercados de oro del mundo es a pesar de todo una gran noticia, una etapa esencial antes de la temporada turística del otoño, en una ciudad que vive del comercio.
"La reapertura es un gran paso para nosotros. El factor psicológico es esencial", explica Tawhid Abdalá, presidente del Dubai Gold and Jewellery Group, principal grupo profesional del emirato.
"Esperamos que de aquí a julio o agosto, cuando vuelvan a abrirse los aeropuertos volvamos al 50% de nuestra actividad comercial", explicó.
En la región, Dubái es un centro de comercio y servicios, y el turismo es el motor de esas actividades.
El año pasado el emirato acogió más de 16 millones de turistas, y para este año esperaba 20 millones, antes de que la pandemia paralizara el transporte aéreo.
Dubái cerró sus centros comerciales, sus restaurantes de lujo y sus mercados tradicionales durante un mes, para luchar contra el coronavirus.
Vacaciones forzadas
Situado en el viejo Dubái, donde viven en decrépitos edificios los migrantes africanos y asiáticos, el zoco de oro echó el cerrojo el 24 de marzo y volvió a abrir el 26 de abril.
"Cuando volvimos lo esterilizamos todo y limpiamos a fondo. Estábamos muy contentos de volver", declaró el joyero Chandu Siroya.
"A todo el mundo le gustan las vacaciones, pero esta vez era lo contrario. Las vacaciones han sido demasiado largas y teníamos ganas de volver", añadió, rodeado de una docena de empleados con mascarillas.
El centenario mercado del oro de Dubái, cubierto por un tejado de metal inspirado en las hojas de palmera, se encuentra junto a los zocos tradicionales que ofrecen especias y alfombras.
"Es un lugar emblemático, el corazón de nuestra ciudad, es importante que vuelva a abrir", explica Abdalá.
Atmósfera de antaño
Las autoridades afirman que el zoco atrae el 14% del comercio mundial del oro, pero dos semanas después de su reapertura, no parece que vaya a recuperar fácilmente su atmósfera de antaño.
Los vendedores que intentaban atraer a los turistas han desaparecido, y la mayoría de tiendas están vacías, con la excepción de los empleados, que respetan las reglas de distanciamiento social.
"Es muy triste y estoy muy decepcionado. Es difícil creer que algo así pueda suceder", afirma Chetan Dhanak, que trabaja como vendedor en la misma tienda desde su llegada de India hace 17 años.
"Solamente tres o cuatro clientes han venido desde la reapertura, cuando antes acogíamos hasta 10 al día. Pero volverá a la normalidad", explicó.
El jefe del departamento de turismo de Dubái, Hilal al Marri, declaró en una entrevista televisada el mes pasado que el emirato podría reabrir sus puertas a los turistas en julio.
Para Katia Abu Samra, responsable de desarrollo de Samra Jewellery, la situación actual incitó a la empresa a buscar la clientela local. Pero en un país aún sometido a estrictas medidas de distanciamiento social, lo que ella quiere, en el fondo, es ver cuanto antes “a mis abuelos y darles un beso en la frente”.