Los “históricos” de la Revolución comunista cubana que se habían retirado en los últimos tiempos, entre ellos Raúl Castro, han vuelto a dejarse ver estos días para plantar cara a las protestas antigubernamentales que estallaron en la isla el pasado domingo.
Raúl Castro, de 90 años, pasó la presidencia del país en el 2018 al actual mandatario, Miguel Díaz-Canel, y le cedió también el liderazgo del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) el pasado abril durante el VIII Congreso de la formación, con lo que se le suponía formalmente retirado de la política activa.
Pero los medios estatales difundieron el lunes por la noche una nota oficial anunciando que el menor de los Castro participó en una reunión del poderoso Buró Político del PCC -en el que ya no ocupa cargos formales- para analizar las masivas manifestaciones de la jornada anterior.
Espaldarazo implícito
“Los integrantes del máximo órgano partidista abordaron además la ejemplar respuesta del pueblo al llamado del compañero Díaz-Canel a defender la Revolución en las calles, lo que permitió derrotar las acciones subversivas”, señalaba el comunicado del PCC.
Esto, de una manera implícita, transmite el respaldo de Castro a la polémica respuesta inmediata de su pupilo a las protestas, que ha sido muy criticada por los cubanos en las redes sociales, ya que consideran que el gobernante incitó a enfrentamientos entre la población civil de su país y echó gasolina al fuego en vez de llamar a la pacificación y al diálogo.
Al general Castro no se le ha visto en público desde hace semanas y la nota del PCC no incluía fotografías ni imágenes de vídeo, pero en su intervención en el Congreso del PCC se le vio en aparente buen estado de salud al pronunciar, en pie, un largo discurso, que sería el de su despedida.
La retirada de Raúl Castro fue el mayor exponente del relevo generacional que él mismo propugnó durante su década en el poder, aunque analistas conocedores de la isla consideran que en ese relevo el mayor reto para los nuevos dirigentes es obtener el respeto o legitimidad ante el pueblo que tenían quienes lucharon en la Sierra Maestra contra el régimen anterior de Fulgencio Batista.
Machado Ventura: la comida y colas
El hermano menor de Fidel Castro no ha sido el único miembro de la vieja guardia que ha dado un paso al frente al percibir una amenaza real al sistema establecido desde hace 62 años en Cuba.
Si Raúl estuvo en La Habana, otro de los históricos y uno de los más ortodoxos, el comandante José Ramón Machado Ventura, de 90 años, apareció en el centro de la isla.
Machado fue a Villa Clara, según medios locales, para verse con “las principales autoridades del Partido y el Gobierno”, y allí llamó a “fortalecer la vigilancia revolucionaria en los centros de trabajo y demostrar la firmeza de la Revolución” y a “marchar hacia los barrios y comunidades”.
También hizo hincapié en la producción de alimentos, cuya acuciante escasez ha sido uno de los motivos que empujó a los cubanos a lanzarse a las calles para pedir “libertad” y “abajo el comunismo” hace dos días.
El hasta hace poco número dos del PCC, ahora oficialmente retirado, se refirió a las largas colas de horas que los cubanos se ven obligados a hacer bajo el sol para comprar productos básicos debido al desabastecimiento y recomendó que se organicen “para hacerle más llevadera la situación al pueblo”.
Ramiro Valdés mandó a la gente a casa
Al oriente de Cuba, cuna de la Revolución cubana, se trasladó el comandante Ramiro Valdés, según un reporte de Radio Mambí.
La localidad santiaguera de Palma Soriano fue precisamente uno de los primeros puntos en los que estallaron las protestas el domingo, y hasta allá se fue Valdés, de 88 años, quien según los medios estatales “tan pronto irrumpió en su glorioso uniforme verde olivo fue aclamado por el pueblo”.
El “Héroe de la República de Cuba, el moncadista, expedicionario del Granma e invasor de la columna del Che Guevara, se dirigió a todos, se interesó por sus inquietudes y tras reiterar que ni en estos duros tiempos la Revolución abandona a sus hijos, les pidió marchar a sus casas, y así sucedió sin dilación”, asegura la crónica oficialista, aunque no hay disponibles vídeos que ilustren el relato.
Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el Gobierno al grito de “¡libertad!” en una jornada inédita que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado “maleconazo” de agosto de 1994, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.