El Partido Comunista chino (PCCh) celebra este jueves el centenario de su fundación con grandes fastos conmemorativos, estrictas medidas de seguridad y una campaña de propaganda a gran escala en todo el país.
La capital se ha engalanado con grandes instalaciones florales, banderas nacionales ante las puertas de las casas y carteles rojos recordatorios de la efeméride, mientras que su icónica plaza de Tiananmen recibirá por la mañana al presidente chino y secretario general del PCCh, Xi Jinping, quien pronunciará un discurso.
Las estrictas medidas de seguridad y el secretismo están protagonizando los días previos al centenario: la plaza de Tiananmen lleva varios días cerrada a cal y canto y el transporte público en zonas céntricas de la capital se ha visto obligado a cambiar horarios y rutas mientras se llevaban a cabo los preparativos.
No se ha hecho público ningún programa oficial, pero se esperan espectáculos de luces, actuaciones en directo y fuegos artificiales para dar pompa al aniversario, que también se celebrará en Shanghái, ciudad que el 23 de julio de 1921 albergó el primer congreso del Partido con la participación de 13 delegados, entre ellos Mao Zedong, fundador y líder de la República Popular China desde 1949 hasta su muerte en 1976.
Mao - que solo recordaba que el congreso fundacional se había producido en julio - tomó personalmente la decisión de que se celebrase el 1 de julio, efeméride oficial desde 1941.
Además de Shanghái (este), también ciudades como Tianjin (norte), Wuhan (centro) y Chongqing (sur) iluminarán el cielo con figuritas de la hoz y el martillo, mientras que en la ciudad semiautónoma de Hong Kong las autoridades han prohibido la tradicional protesta antigubernamental del 1 de julio en coincidencia con el aniversario de su regreso, en 1997, a soberanía china.
La Policía hongkonesa desplegará 10,000 agentes para “prevenir incidentes adversos” y podría cerrar el Parque Victoria, uno de los lugares donde los manifestantes hongkoneses solían congregarse en señal de protesta, informa la prensa local.
La propaganda, protagonista
De la proyección de películas sobre la fundación del PCCh hace cien años a concursos en televisión o el estreno de óperas “revolucionarias”, el Partido ha tratado sacar provecho de la efeméride para fortalecer una narrativa favorable a sus intereses.
Una de sus patas es la causa del “rejuvenecimiento de China” con el que los líderes del país asiático justifican su ejercicio del poder y que protagonizan muestras como “El gran viaje” exhibida estos días en el Museo de la Capital bajo la premisa de que, gracias al advenimiento del PCCh, “China camina hacia un futuro brillante”.
Bajo el mismo título se escenificó el lunes un gran espectáculo que repasó los principales “logros” de la historia del Partido, como la victoria en la Guerra Civil contra los nacionalistas del Kuomintang (1927-49) y contra la invasión japonesa (1937-45) o el proceso de reforma y apertura económica de finales de la década de 1970.
El Partido, clandestino en sus inicios, tiene ahora más de 95 millones de miembros e impregna la vida política económica y social de China hasta el punto de que en los exámenes del ‘gaokao’ (equivalente de la selectividad) cayeron este año preguntas “patrióticas” relacionadas con la historia de su formación.
“La ideología se ha convertido en tiempos de Xi en una variable trascendente para preservar la soberanía del proyecto que representa el PCCh. Ha quedado patente que para éste prima la consolidación interna de sus progresos, siempre bajo su modelo económico y sociopolítico”, comenta el experto español Xulio Ríos.
En ese sentido, también han cobrado protagonismo este año los simposios organizados por las escuelas del Partido para que sus miembros revaliden su fe en el marxismo “con características chinas” y el llamado “turismo rojo” para jubilados, curiosos y comunistas convencidos.
No obstante, las celebraciones obvian los períodos más controvertidos en la historia del PCCh, como la campaña del Gran Salto Adelante (1958-61, que causó la muerte por inanición de millones de campesinos) o el caos y la violencia que fueron la tónica durante la Revolución Cultural (1966-76).