Las conversaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago del millonario préstamo concedido en el 2018 se vienen dando en un “tono constructivo” y buscan “reperfilar el sendero de pagos” en medio de la crítica situación de deuda del país, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán.
"Es sabido que el país enfrenta una carga de amortizaciones de capital muy alta en el 2021, 2022 y 2023 y que el país no ha generado la capacidad de pago para hacer frente a esa carga en los tiempos previstos", dijo sobre el préstamo de US$ 56,300 millones, de los que ya se recibieron US$ 44,000 millones.
Es por esa razón que el Gobierno de Alberto Fernández, que asumió el pasado 10 de diciembre tras heredar un delicado contexto económico de la gestión del conservador Mauricio Macri (2015-2019), continuará “en conversaciones” con el organismo para dar un “alivio” al país y poder así “implementar las políticas públicas” que permitan establecer “un sendero de desarrollo virtuoso e inclusivo”.
"Un sendero que le permita una vida mejor a todas las argentinas y argentinos", añadió el ministro, que remarcó que en las últimas semanas se ha dado ese contacto con el FMI "en un tono constructivo"
"Esas conversaciones continuarán con el objetivo de reperfilar el sendero de pagos programado con el FMI", agregó.
A principios de año, Fernández -que en varias ocasiones ha insistido en que el país quiere pagar la deuda pero necesita antes volver a crecer- reiteró en una entrevista radial que el FMI "no puede pretender cobrar en los términos que están pactados" el millonario préstamo.
"Yo creo que poco a poco hay otra conducción en el Fondo, hay una mirada más realista de lo que pasa. Creo que vamos bien encaminados", afirmó el líder peronista en referencia a la nueva dirección del FMI, que desde el pasado octubre encabeza la búlgara Kristalina Georgieva.
Se espera que una delegación del FMI se desplace próximamente al país para negociar el pago del auxilio financiero, del que el presidente declinó recibir los alrededor de US$ 12,000 millones que faltan para no seguir complicando el escenario de la deuda.
"Lo que sucede es que en este momento la relación con el FMI es diferente de lo que ha ocurrido en otras instancias en la historia argentina. Nosotros estamos en control. Este es un programa económico diseñado por nosotros y ejecutado por nosotros y no vamos a permitir ninguna condicionalidad", enfatizó este martes Guzmán al ser consultado por diversas reformas económicas supuestamente exigidas por el organismo.
Guzmán argumentó que el programa que acordó el anterior Gobierno con el FMI fue un "estrepitoso fracaso". "Los números están a la vista", criticó.
En su enumeración, el ministro se refirió no solo al aumento del endeudamiento -que según el anterior Gobierno pasó de US$ 240,000 millones en el 2015 a US$ 314,000 millones en el 2019-, sino también a que a pesar de eso "no aumentó en absoluto la capacidad productiva".
También reprochó que generó una caída de la demanda que afectó fuertemente al mercado interno y un aumento "brutal" de la tasa de interés que el actual Ejecutivo está "día a día revirtiendo", que generó un "costo del crédito altísimo y destrucción de empresas".
El responsable económico hizo estas declaraciones al anunciar el envío al Congreso de un proyecto de ley para la restauración de la sostenibilidad de la deuda pública externa, que busca enfrentar la situación “crítica” que el país enfrenta, con una “carga de deuda insostenible”.