Veronika Belotserkovskaya, una influencer mejor conocida en Rusia por sus glamorosas publicaciones de Instagram sobre su vida y sus clases de cocina, se ha convertido en uno de los principales objetivos de la nueva legislación draconiana del país que castiga con hasta 15 años de cárcel las críticas a la guerra en Ucrania.
Una candidata poco probable para la ira del Gobierno del presidente Vladímir Putin, la influencer conocida en Instagram como Belonika, hasta hace poco publicaba principalmente fotos de su deslumbrante estilo de vida, en lugares elegantes y portando ropa Prada, accesorios Chanel y Louis Vuitton, o bien imágenes de ramos de flores, animales y cocina.
Cuando Rusia invadió Ucrania, sus publicaciones se volvieron políticas, a menudo mordaces en su oposición a la guerra y a Putin. En una publicación, está vestida con un vestido azul frente a una puerta amarilla en un guiño no tan sutil a la bandera de Ucrania.
En una publicación más audaz, escribió: “No considero al pueblo ucraniano como mi enemigo. Los considero como hermanos y hermanas. Considero esta ‘operación especial’ una GUERRA invasiva contra un estado soberano”. En otros, describe a Putin como “un hombre cansado de la vida” y sus recientes apariciones en televisión son “espeluznantes”.
El Comité de Investigación de Rusia dijo en un comunicado que las publicaciones de Belotserkovskaya “desacreditaban” a las autoridades gubernamentales y a las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa.
Son “información falsa deliberada sobre el uso de las fuerzas armadas por parte de la Federación Rusa para la destrucción de ciudades y en contra de la población civil ucraniana, incluyendo niños, en el curso de la operación militar especial en territorio del Gobierno ucraniano”, dijo el Comité.
Belotserkovskaya no está en Rusia, por lo que el país podría buscar ponerla en las listas internacionales de personas buscadas, señaló el Comité.
La influencer, cuyas publicaciones sugieren que pasa mucho tiempo en Francia, no respondió de inmediato a las llamadas telefónicas y mensajes de Bloomberg en busca de comentarios. Su cuenta de Instagram, que dice que nació en Odesa, cuenta con casi un millón de seguidores.
Tras la invasión de Rusia a Ucrania, Putin promulgó una nueva legislación en la que impone penas de prisión de hasta 15 años a las personas acusadas de difundir “noticias falsas” sobre el ejército o pedir sanciones contra Rusia. Según esas reglas, la invasión no puede describirse como una “guerra”, sino que debe llamarse una “operación militar especial”.
La medida es el último paso en una importante campaña contra los medios independientes y la libertad de expresión en Rusia. La legislación llevó a muchas organizaciones internacionales de noticias, incluida Bloomberg, a suspender sus actividades periodísticas en Rusia hasta que se aclaren las consecuencias de las nuevas normas.
Presionar a los periodistas independientes en Rusia no es nuevo. La periodista y crítica del Kremlin Anna Politkóvskaya, fue asesinada en el 2006 después de haber sufrido previamente un ataque con veneno. Aun así, el hecho de que el objetivo sea un influencer de las redes sociales que no está en la corriente política principal y que está fuera de Rusia indica que el país está ampliando su red.
A principios de este mes, el Kremlin bloqueó el acceso a Facebook e Instagram como parte de un esfuerzo más amplio para mantener fuera las publicaciones contra Rusia, silenciar la disidencia y limitar la información sobre la invasión de Ucrania.
“Me desperté con la sensación de que nunca podré volver a casa”, escribió Belotserkovskaya en una publicación reciente.