Human Rights Watch (HRW) acusó al gobierno de Cuba de llevar a cabo, de forma sistemática, arrestos arbitrarios, maltratos contra detenidos y juicios abusivos, en represalia a las protestas pacíficas del 11 julio.
“Cuando miles de cubanos salieron a las calles en julio, el gobierno respondió desplegando una brutal estrategia de represión destinada a infundir miedo entre la población y reprimir el disenso”, escribió Juan Pappier, investigador para las Américas de HRW, en el último informe de la organización con sede en Estados Unidos.
Las autoridades detuvieron a más de 1,000 personas durante esa ola represiva, de las cuales más de 500 siguen encarceladas y otras muchas están bajo arresto domiciliario, indicó HRW, citando a la ONG cubana Cubalex.
“Para el régimen, el objetivo ha sido que el temor pese más que la desesperación de la gente”, manifestó Pappier.
Manifestantes pacíficos y otros críticos han sido detenidos, incomunicados, y juzgados en procesos que son una verdadera farsa, indicó HRW.
Los autores del informe documentaron en detalle violaciones de derechos humanos contra 130 personas en 13 de las 15 provincias cubanas, así como en la Isla de la Juventud, un municipio especial.
En la mayoría de esos casos, las víctimas sufrieron interrogatorios reiterados.
Algunos de los detenidos fueron privados de sueño y golpeados. A otros se les amenazó con tomar represalias contra ellos o sus familiares por protestar, añadió el informe.
Gabriela Zequeira Hernández, una estudiante de 17 años, contó a HRW que fue detenida en San Miguel de Padrón, en la provincia de La Habana, cuando pasaba cerca de una manifestación el 11 de julio.
Según ella, tras su arresto, dos agentes mujeres la obligaron a hacer cinco sentadillas desnuda mientras tosía y se presionaba a sí misma el estómago. Una de ellas le ordenó que inspeccionara su propia vagina con el dedo.
Entre julio y octubre, HRW entrevistó a más de 150 personas, incluidos activistas, víctimas, familiares y abogados con conocimiento directo de los casos. La organización consultó, además, documentos judiciales y corroboró numerosos videos y fotos.
El 11 de julio, miles de ciudadanos salieron a las calles de unas 50 ciudades de Cuba al grito de “tenemos hambre” y “libertad”. Esas protestas, sin precedentes desde la revolución de 1959, dejaron al menos un muerto y decenas de heridos.
Los opositores planean salir nuevamente a la calle el 15 de noviembre, a pesar de la prohibición de las autoridades de la isla. “Entonces se verá si la estrategia de miedo del régimen funcionó”, agregó Pappier.