Muchos más rusos han huido al extranjero de los que se han alistado en el Ejército desde que el presidente Vladímir Putin anunció una movilización para reforzar su vacilante invasión a Ucrania.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, dijo que desde que Putin emitió la orden el 21 de setiembre, más de 200,000 personas han sido reclutadas para una movilización parcial, informaron los servicios de noticias rusos el martes.
La cifra coincide con un éxodo de más de 200,000 rusos al vecino Kazajistán únicamente durante el mismo período informado el martes por el ministro del interior del país de Asia central. El 30 de setiembre, cerca de 69,000 rusos cruzaron a Georgia, según datos del Ministerio del Interior en la república del Cáucaso, donde se acumularon grandes filas de vehículos en la frontera terrestre con Rusia tras el anuncio de la movilización.
La Unión Europea dijo la semana pasada que 66,000 rusos habían ingresado al bloque en la semana hasta el 25 de setiembre. La mayoría llegó a través de Finlandia, que reportó el martes que casi 30,000 rusos más habían cruzado su frontera terrestre entre el 26 de setiembre y el 3 de octubre.
Las autoridades finlandesas, que introdujeron fuertes restricciones sobre las llegadas de turistas rusos el viernes en respuesta al aumento de entrantes, dijeron que poco más de 18,000 regresaron a Rusia durante el mismo período.
En Mongolia, que esta semana ofreció facilitar las reglas de residencia para personas rusas, los funcionarios fronterizos informaron que más de 12,000 rusos ingresaron al país el 2 de octubre.
Otros destinos populares como Turquía, Armenia y Azerbaiyán, donde los rusos pueden ingresar sin visa, no han revelado datos sobre llegadas desde que la orden de movilización de Putin conmocionó al país y trajo a casa la realidad de la guerra en Ucrania que ahora está en su octavo mes.
Si bien no todos los que abandonaron Rusia desde la orden de movilización de Putin habrían sido elegibles para el servicio militar obligatorio, muchos se apresuraron a salir del país en medio de una incertidumbre generalizada sobre los términos de la convocatoria. Después de que Shoigú dijo que se estaban movilizando 300,000 reservistas, se acumularon informes de hombres reclutados que estaban oficialmente exentos, incluidos los que eran demasiado mayores o que tenían enfermedades crónicas.
Las redes sociales también se llenaron de quejas de algunos reclutas sobre las pésimas condiciones de vida y la falta de capacitación y equipo antes de ser enviados al frente.
Todo eso provocó una demanda de Putin de “corregir rápidamente nuestros errores y no repetirlos” en una reunión con su Consejo de Seguridad el 29 de setiembre. “Aquellos que han sido reclutados sin motivos adecuados deben ser enviados a casa”, dijo.