El ilegítimo presidente venezolano Nicolás Maduro anunció el sábado un esquema dual de precios de la gasolina que incluirá un aumento del combustible que se venderá a partir del lunes a precios internacionales en cerca de 200 estaciones que serán manejadas por empresarios privados.
Luego de décadas de tener Venezuela la gasolina más barata del mundo, Maduro indicó que desde el próximo lunes se impondrá un nuevo esquema de precios en unas 200 estaciones ubicadas en puntos estratégicos del país, donde privados venderán el litro del combustible a 50 centavos de dólar y podrá pagarse en cualquier divisa o la criptomoneda del Petro que creó el gobierno.
Con el pago en divisas del combustible el régimen chavista dio un nuevo paso en el proceso de dolarización que viene enfrentando Venezuela desde hace varios años y que se profundizó desde noviembre del 2017, cuando la nación entró en hiperinflación y el bolívar, que es la moneda local, fue perdiendo valor y se agudizó la escasez del papel moneda.
Al permitir que privados puedan importar gasolina y venderla en las estaciones, el gobierno abrió el camino hacia la privatización de algunas actividades de la industria petrolera que por años han sido controladas por la corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
“Es necesario tener una revalorización de este producto tan importante... es un producto que hemos comprado en el exterior”, sostuvo el mandatario izquierdista al justificar el incremento del combustible que por años se vendió a menos de 10 centavos de dólar el litro y que en los últimos meses —debido a la fuerte escasez— comenzó a negociarse en el mercado negro entre dos y tres dólares por litro, muy por encima de los precios internacionales.
Tras reconocer la severa escasez de combustible que enfrentó Venezuela desde marzo, generada en parte por las sanciones impuestas por Estados Unidos, Maduro señaló que la nación petrolera —que cuenta con una de las mayores reservas de crudo del mundo— logró recuperar los niveles de abastecimiento gracias a los cinco buques cisterna —con unos 1.5 millones de barriles de gasolina y aditivos— que envió Irán, estrecho aliado de Venezuela, que comenzaron a arribar el 23 de mayo.
El líder chavista agregó que en el país pasará en los próximos tres meses a un proceso de regularización en los suministros y se retomará el proyecto para que a través del llamado “carnet de la Patria” y el sistema estatal del mismo nombre “se haga el proceso de abastecimiento de gasolina y subsidio directo al consumidor ”.
Como parte del nuevo esquema también se venderá a partir del lunes en más de 1,000 estaciones estatales del todo el país una gasolina subsidiada a 5,000 bolívares (unos dos centavos de dólar) el litro. Maduro explicó que los vehículos podrán adquirir hasta 120 litros al mes mientras que las motocicletas 60 litros al mes.
Para evitar las aglomeraciones en las estaciones se estableció que durante el primer mes regirá un mecanismo controlado de venta en el que autorizará el suministro de combustible dependiendo del número final de la placa del vehículo que variará de lunes a viernes.
Asimismo, se mantendrá por 90 días un precio subsidiado de la gasolina para el transporte público y los vehículos de carga hasta que se defina en unas mesas de diálogo con los transportistas un nuevo esquema de precios.
“Lo ideal sería el subsidio al usuario del transporte público a través del ‘Carnet de la Patria’ a través de los bonos”, agregó Maduro.
El diésel, que es utilizado por los transportes de alimentos, de carga y servicios públicos, también seguirá subsidiado, precisaron las autoridades.
“Pido a toda la población venezolana su máxima compresión, su máximo apoyo”, señaló Maduro al reconocer que su régimen irá a un mecanismo gradual para ajustar el precio del combustible.
El líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, consideró el aumento del combustible como uno de los “golpes más duro que ha recibido el pueblo de Venezuela”, y convocó al Congreso, de mayoría opositora, a una sesión extraordinaria el domingo para definir las acciones ante las nuevas medidas del gobierno.
Por su parte, el economista Luis Vicente León, presidente de la encuestadora local Datanálisis, dijo a The Associated Press que el establecer un mercado dual de precios de los combustibles se traducirá en “desequilibrios económicos” que generarán más dificultades porque representa poner “parches por todos lados”.
León indicó que el gobierno decidió recurrir a la gasolina subsidiada para garantizarle el combustible a los sectores vulnerables y “sobre todo explosivos”, y agregó que ese subsidio será asumido por los sectores de clase media y alta, que se han reducido por efecto de la crisis, que tienen acceso a las divisas y pagarán el combustible a precios internacionales.
El incremento del precio del combustible ocurre en medio de una compleja crisis económica y social que enfrenta la nación suramericana, agobiada por una desbordada hiperinflación, la escasez de algunos bienes básicos y una recesión que se teme se agudizará como consecuencia de la depresión mundial por la pandemia del nuevo coronavirus y la cuarentena impuesta para evitar la propagación del COVID-19.
El aumento de la gasolina fue por décadas un tema álgido que muchos gobernantes decidieron posponer a raíz de un incremento que se realizó en 1989 que desencadenó unas violentas protestas en la capital venezolana y zonas aledañas que dejaron varios centenares de fallecidos.