El Fondo Monetario Internacional instó a Argentina a redoblar sus esfuerzos para hacer frente a las pérdidas de reservas de divisas, la inflación galopante y otros “reveses de política” en medio de una grave sequía que está afectando al crucial sector de materias primas del país.
Argentina y el personal técnico del FMI llegaron a un acuerdo el lunes sobre la revisión del programa de US$ 44,000 millones del país, un paso clave para que la entidad crediticia con sede en Washington desembolse unos US$ 5,300 millones al Gobierno, lo cual está sujeto a la aprobación de su directorio ejecutivo.
Para llegar a un acuerdo, el FMI dijo que “se solicita” una modificación de un objetivo clave del programa, conocido como acumulación de reservas internacionales netas, tras las “recientes pérdidas de reservas”. La meta actual es de US$ 4,800 millones y el Fondo no dijo en el comunicado cuál sería la nueva cifra. Las reservas netas, o la acumulación de efectivo en el banco central, se considera crucial para evitar una importante devaluación de la moneda.
“Ante los desafíos de una sequía cada vez más severa, se necesita un paquete de políticas más sólido para salvaguardar la estabilidad macroeconómica, abordar el aumento de la inflación y los recientes reveses de políticas”, dijo Luis Cubeddu, jefe de la misión del FMI en Argentina, en el comunicado.
El próximo desembolso de US$ 5,300 millones, si lo aprueba el directorio ejecutivo del Fondo, se utilizará para pagar las deudas que tiene Argentina con el FMI de un programa anterior que no logró estabilizar a la economía sudamericana. El país debe alrededor de US$ 2,700 millones al FMI, teniendo en cuenta dos pagos del 21 y 22 de marzo.
Cambiar la meta de reservas por tercera vez supondría otro revés para un programa que lleva un año enfrentándose a crecientes obstáculos a medida que una sequía histórica reduce las exportaciones de cultivos necesarias para impulsar el crecimiento económico y los ingresos fiscales. La actividad económica ha disminuido durante cuatro meses consecutivos hasta diciembre y la inflación anual se acerca al 100%.
Según las estimaciones de la consultora bonaerense EconViews, la economía argentina se contraerá un 3% este año. Esto contrasta con la previsión del Gobierno de un crecimiento del 2% en su presupuesto anual.
El programa mantiene la meta de déficit fiscal primario, otro ancla clave. El FMI dijo el lunes que Argentina está comprometida en alcanzar la meta —un déficit del 1.9% del producto bruto interno— a través de “una mejor focalización de los subsidios energéticos” a hogares y empresas, eliminando los subsidios a usuarios residenciales de mayores ingresos y a usuarios comerciales a fines de 2023.
Sin embargo, la pérdida de ingresos fiscales derivada de la cosecha de materias primas amenaza la eficacia fiscal del Gobierno. Los recortes adicionales del gasto para compensar la pérdida de ingresos resultarían políticamente costosos en un año electoral.
El último acuerdo de Argentina con el FMI está entrando en su segundo año después de que los funcionarios del Gobierno alargaran las negociaciones durante más de dos años tras el rescate récord con la Administración anterior en 2018. El acuerdo actual ya cuenta con su tercer ministro de Economía argentino después de que los dos primeros dejaran el cargo el pasado julio en medio de una crisis política en curso.