El Fondo Monetario Internacional elevó su proyección de crecimiento mundial para este año gracias a una expansión mayor de lo esperado en Estados Unidos y al estímulo fiscal en China, al tiempo que advirtió sobre los riesgos de las guerras y de la inflación.
La economía mundial crecerá un 3.1% este año, frente al 2.9% proyectado en octubre, pronosticó el martes la entidad con sede en Washington en su informe trimestral Perspectivas de la economía mundial. El Fondo mantuvo en un 3.2% su previsión para 2025.
El endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales para combatir la inflación y los recortes del gasto público en algunos países son algunas de las razones por las que se espera que el crecimiento sea más lento que en las dos décadas anteriores a la pandemia, cuando alcanzó un promedio del 3.8%.
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Sin embargo, dada la magnitud del impacto sobre los precios del COVID-19 y los aumentos de las tasas de interés posteriores, el FMI sugirió que las cosas podrían haber sido mucho peores.
“La economía mundial sigue mostrando una resiliencia notable, y ahora nos encontramos en la recta final hacia un aterrizaje suave, con una inflación que disminuye constantemente y un crecimiento sostenido”, señaló Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, en una sesión informativa. “Pero el ritmo de crecimiento sigue siendo lento y podría haber turbulencias en el futuro”.
Entre los riesgos a la baja citados por el FMI se encuentran nuevos aumentos en los precios de las materias primas provocados por perturbaciones geopolíticas e interrupciones del suministro mundial —como los ataques de los hutíes en el mar Rojo o un conflicto cada vez mayor en Medio Oriente— o una inflación más tenaz que podría obligar a los bancos centrales a mantener las tasas de interés más altas por más tiempo.
Los pronósticos del FMI parten del supuesto que los precios de las materias primas, incluido el combustible, caerán este año y el próximo, y que las tasas de interés disminuirán en las principales economías. Los economistas del Fondo consideraron, por ejemplo, que la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra mantendrán las tasas de interés en el primer semestre de este año, antes de reducirlas gradualmente a medida que la inflación se desacelere.
El FMI dijo que la inflación en el cuarto trimestre se enfrió más de lo proyectado debido a la disminución de los precios de la energía, y que espera que la desaceleración continúe hasta 2025, con lo que la inflación mundial bajará del 6,8% al 4,4%. Se estima que las economías avanzadas registrarán una desinflación más rápida que los mercados emergentes.
El Fondo reiteró su advertencia sobre una posible fragmentación del comercio mundial en bloques rivales, pronosticando un crecimiento del comercio mundial del 3.3% en 2024 y del 3.6% en 2025, por debajo de la tasa promedio histórica del 4.9%. Las naciones impusieron unas 3,000 nuevas restricciones comerciales el año pasado, casi tres veces más que en 2019, señaló el FMI.
Para los bancos centrales, el FMI dijo que el desafío consiste en normalizar la política monetaria y “lograr un aterrizaje suave, sin bajar las tasas prematuramente ni retrasar demasiado dicha reducción”.
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El FMI está atento a la posibilidad de una escalada del conflicto en Medio Oriente y “permanecemos alerta”, dijo Gourinchas. “En este momento, las implicaciones en términos de interrupciones del suministro y lo que esto podría implicar para la inflación general siguen siendo relativamente limitadas”.
En cuanto a Estados Unidos, el FMI elevó su expectativa de crecimiento al 2.1%, frente al pronóstico anterior del 1.5%, basándose en un gasto de los consumidores superior al estimado a finales del año pasado. Sin embargo, la cifra representa una desaceleración respecto de la expansión del 2.5% registrada en 2023, debido al efecto retardado de las mayores tasas de interés de la Fed en dos décadas, el ajuste fiscal gradual y el debilitamiento del mercado laboral que frena la demanda.
El pronóstico de crecimiento de la eurozona fue rebajado a un 0.9%, frente al 1.2% anterior, lo que refleja el resultado más débil de lo esperado en 2023, que se debió en gran medida al impacto de la guerra de Ucrania. El FMI espera que los consumidores europeos aumenten el gasto a medida que disminuya el efecto del alza de los precios de la energía.
La proyección de crecimiento de China para este año se revisó al alza a un 4.6%, desde el 4.2% anterior, como reflejo de la mayor expansión del año pasado y del aumento del gasto público para eventuales desastres naturales. Se espera que la economía india registre uno de las mayores tasas de crecimientos del mundo con un 6.5%, frente al pronóstico anterior del 6,3%.
En cuanto a Rusia, se prevé que la economía crezca un 2.6% este año, frente a una estimación anterior del 1.1%, debido en parte al elevado gasto militar y el consumo privado.
Para Argentina, la entidad redujo su proyección a una contracción del 2.8% este año, frente a la estimación anterior de una expansión del 2.8% realizada en octubre, antes de la elección del presidente Javier Milei. El FMI citó un “importante ajuste de políticas” bajo su nuevo Gobierno, que hasta ahora ha incluido la eliminación de subsidios y controles de precios, la devaluación de la moneda a más de la mitad y la propuesta de planes para apuntalar las finanzas públicas.
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