Un estudio alerta de la vulnerabilidad de las áreas costeras ante la emergencia climática actual por el aumento del nivel del mar, que afectará a las características medias del oleaje, sobre todo en determinadas regiones como las costas del sudoeste, el este de las cuencas oceánicas y en las áreas polares, lo que podría afectar a procesos costeros a largo plazo.
El trabajo, que lleva por título “Dissemination for Transitional Wave Climate Regions on Continental and Polar Coasts in a Warming World”, ha sido publicado en la revista “Nature Climate Change”.
En este artículo científico, elaborado por varios investigadores entre los que está Itxaso Odériz, del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (UC), al norte de España, se señala la alta sensibilidad de las zonas costeras a los eventos meteorológicos y alteraciones climatológicas en múltiples escalas de tiempo (desde tormentas hasta variaciones que duran más que años o décadas).
Además, según ha informado la universidad en un comunicado, también se pone de relieve que el cambio climático afecta a las características medias del oleaje, modificando la frecuencia de ocurrencia de los climas de oleaje globales (del este, del sur y del oeste).
Las áreas costeras donde el oleaje cambia de frecuencia, e inherentemente de dirección y energía, se denominan regiones de transición climáticas de oleaje, que el estudio identifica en las costas del sudoeste, el este de las cuencas oceánicas y en las regiones polares.
En los estudios realizados se observa que el clima de oleaje global se compone de tres climas principales, impulsados por la circulación atmosférica que afectan a las costas de todo el mundo: los oleajes del sur (generados por vientos subpolares y subtropicales), los oleajes del este (generados por los vientos alisios y polares) y los oleajes del oeste (generados en la región extra tropical y monzónica).
Esta clasificación se basa en un análisis de las variaciones espaciales y temporales de estos climas de oleaje en escenarios de calentamiento global propuestos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático a finales del siglo XXI.
El equipo científico del estudio ha detectado que el gran aumento en la energía del oleaje se concentra en latitudes altas del Océano Austral, inducido por una intensificación hacia los polos de la circulación atmosférica extra tropical.
Los resultados obtenidos demostraron que las regiones de transición climática del oleaje del sur (costas con un aumento en la frecuencia de oleajes del sur) se encuentran en el Pacífico oriental, el sureste Atlántico y el Océano Índico oriental.
A este clima de oleaje pertenecen los oleajes más intensos que han estado afectando la costa del continente americano en el Pacífico durante la última década.
Se prevé, según el estudio, que el clima de oleajes del este sea más frecuente a lo largo de la costa sureste de África y el noroeste y suroeste del Atlántico, y que el clima de oleaje del oeste sea más frecuente en el noroeste del Océano Pacífico y Nueva Zelanda debido al desplazamiento hacia los polos de los vientos extra tropicales.
Además, en algunas regiones costeras, la diferencia en la frecuencia de ocurrencia de climas de oleaje entre estaciones será más notable, alterando el balance natural existente en los ambientes costeros.
Regiones polares
En cuanto a las regiones polares y la importancia del deshielo en la generación del oleaje, se identificaron áreas de estas costas que estarán expuestas a climas de oleaje a los que no estuvieron expuestas en el siglo pasado, debido a que el deshielo marino da lugar a nuevas regiones de mar abierto donde aumenta la probabilidad de desarrollo de tormentas, lo que puede generar mayor erosión de permafrost y hielo en las regiones polares.
Además, el oleaje en nuevas regiones abiertas al mar puede permitir el transporte de especies y contaminación.
Los resultados del estudio son más críticos de cara al Océano Ártico, sin embargo señala que los cambios en el oleaje en el Océano Antártico pueden afectar a las costas continentales, por la capacidad de propagación de estos oleajes que viajan de latitudes altas a bajas.
Finalmente, dentro de las regiones climáticas de transición de oleaje, la investigación apunta a que las regiones polares son particularmente complejas porque el deshielo puede abrir nuevas zonas de generación de oleaje, siendo estas críticas para el futuro de las costas.
Actualmente, según puntualiza la nota de prensa, el abordaje de este tema está aún en desarrollo, destacando el estudio de estas como zonas de riesgo potencial donde los cambios en la variabilidad de los climas de oleaje pueden alterar los procesos costeros a largo plazo.