Venezuela es un país mayoritariamente católico, pero el número exacto devotos es difícil de determinar. Dado que el gobierno no ha publicado cifras oficiales en más de una década, el panorama religioso actual solo puede dimensionarse mediante proyecciones y trabajo de campo independiente.
En la boleta de las elecciones del 28 de julio figura un pastor evangélico, pero Javier Bertucci tiene pocas posibilidades de dar la batalla al presidente Nicolás Maduro, quien busca un tercer mandato consecutivo.
La religión no ha jugado un papel clave en esta carrera electoral. Sin embargo, sí se ha entrelazado con la política, en especial durante el mandato del fallecido expresidente Hugo Chávez, quien llegó a convertirse en una figura de culto para decenas de venezolanos y se distanció de la Iglesia católica abrazando la religiosidad popular.
LEA TAMBIÉN: ¿Maduro en jaque? Impacto de las elecciones venezolanas en la economía peruana
LEA TAMBIÉN: El renacer de una oposición unida, la piedra en el zapato de Maduro
Aquí una mirada al contexto religioso de Venezuela.
¿Qué dice la ley?
La Constitución garantiza la libertad de religión y culto. También dicta que toda persona tiene derecho a profesar su fe y manifestar sus creencias siempre que no se oponga a la moral, las buenas costumbres y el orden público. Además, establece la independencia de las iglesias y cada familia es libre de elegir si sus hijos reciben educación religiosa o no.
De acuerdo con un reporte que el gobierno estadounidense publicó en 2023 sobre libertad religiosa en Venezuela, las comunidades de fe profesan sus creencias libremente siempre que se abstengan de criticar al gobierno. Representantes católicos y evangélicos han dicho que partidarios de Maduro acosan verbalmente a miembros de sus instituciones si llaman la atención sobre la crisis humanitaria del país.
¿Con qué religión se identifican los venezolanos?
Sin números oficiales a mano, todas las estimaciones coinciden en que la población es mayoritariamente católica. Según el reporte del gobierno estadounidense de 2023, el 96% de la población sería católica y el resto englobaría otras confesiones.
Desde Venezuela, una de las investigaciones más recientes fue encabezada por la Universidad Católica Andrés Bello y data de 2016.
Enrique Alí González, sociólogo que comparó las cifras con su experiencia en campo, estima que el paisaje religioso actual podría ser el siguiente: católicos, 82%-84%, evangélicos (sin distinguir denominación) 10%-12%, adeptos de la santería 1.5%-2% y ateos 1%. Los testigos de Jehová, musulmanes, Bahaí y otras minorías integrarían el porcentaje restante.
Según el experto, la mayor concentración de evangélicos está en el estado de Apure —fronterizo con Colombia—, mientras que la santería está más presente en Caracas. Además, algunos venezolanos participan de dos religiones: muchos devotos del espiritismo —cuya máxima representante es María Lionza, deidad femenina que se venera en la Montaña del Sorte— también son católicos.
¿La religión impacta en la política actual?
Las creencias religiosas no se perciben como un factor definitorio en las elecciones del 28 de julio. Según el sociólogo Hugo Pérez Hernáiz, más allá de que el pastor evangélico Bertucci aparezca en una boleta, la adscripción religiosa difícilmente determinará lo que arrojen las urnas. “Una persona no te dirá que su creencia en Dios es la que la está llevando a votar”.
La manera en la que sí influye, explica Alí González, es en el acompañamiento social y espiritual.
En un país en el que la pobreza alcanza a más del 90% de la población, la organización religiosa Cáritas ofrece ollas comunes y suplementos alimenticios para niños y niñas.
“Y, por supuesto, también está el acompañamiento pastoral”, agrega. “Porque, ¿qué te queda cuando vives una situación tan miserable?”. “La fe, y cuando la fe es sólida, se transforma en esperanza”.
¿Cómo ha sido la relación entre el gobierno y las iglesias?
Allá por 2013, cuando apenas buscaba el poder, Nicolás Maduro dijo que, mientras oraba en una capilla, el fallecido Hugo Chávez se le apareció en forma de pajarito y lo bendijo.
El video produjo todo tipo de reacciones, pero no fue sorpresivo. Afirmando que los obispos eran “demonios” y favoreciendo el culto a María Lionza, era usual que el mismo Chávez se mostrara más cercano al espiritismo que a la Iglesia católica.
Según Alí González, en la historia venezolana se han dado varios roces entre gobernantes y líderes católicos.
El primero ocurrió en el S. XIX, cuando el presidente Antonio Guzmán (1870-1887) trató de suplantar a la Iglesia con una visión que incorporara la masonería y el protestantismo. Tras su muerte, el anticatolicismo declinó, las congregaciones europeas volvieron a Venezuela y varios gobiernos subsecuentes se mantuvieron al margen siempre que la Iglesia no interviniera en política.
A mediados de los años 40, hubo una segunda ruptura cuando un sector político apegado al socialismo emprendió nuevas acciones anticlericales. Los ánimos se enfriaron con el retorno a la democracia en los años 50 y no fue, sino hasta la llegada de Chávez al poder, a finales de los 90, que la grieta se reabrió.
Según Alí González, Chávez fomentó una suerte de divinización o “culto humano” que algunos expertos llaman “religión atea” en consonancia con el “guevarismo” o “fidelismo”, derivados del fervor que aún despiertan líderes como Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro.
En paralelo, Chávez se propuso reducir el culto a la Iglesia católica aliándose con sectores evangélicos. Por ejemplo, sacó a las capellanías de las cárceles y cedió ese terreno a los evangélicos.
¿Qué ha sido de la religión en el chavismo?
Algunos sacerdotes apoyaron a Chávez y a Maduro. Otros los enfrentaron. Y, en uno de los puntos más álgidos de las protestas que estallaron en 2017, el papa Francisco llamó al diálogo y la paz.
Religiosamente hablando, Maduro se dice un hombre espiritual que públicamente ha hecho guiños a prácticas tanto católicas como evangélicas. Y como presidente, en su relación con la Iglesia, suele seguir los pasos de su antecesor. Aunque ha viajado al Vaticano para encontrarse con el papa y celebra al beato venezolano José Gregorio Hernández, también ha criticado a líderes católicos y estos a él.
Más recientemente, su acercamiento con las iglesias evangélicas aumentó. En 2023, lanzó el programa “Mi iglesia bien equipada” para mejorar y restaurar templos cristianos y su hijo preside una oficina estatal de Asuntos Religiosos para “fortalecer el acompañamiento a los sectores cristianos “.
¿La religiosidad ha cambiado por la crisis?
Aunque algunos reportes señalan que la espiritualidad de los venezolanos ha ganado fuerza debido a la crisis económica y política, Pérez Hernáiz explica que esa afirmación no cuenta con datos que la respalden.
“Siempre ha habido un sustrato de religiosidad popular muy fuerte en Venezuela”, dice. “Y lo que comúnmente se llama ‘santería’ es un abanico de espiritualidades populares que se mezclan con expresiones religiosas más formales, como el catolicismo”.
Según añade, tras revisar las cifras de afiliaciones de diversas comunidades religiosas, los académicos coinciden en que ha incrementado el número de pentecostales, pero sin datos oficiales es imposible precisar cuánto. Este incremento es consistente con el que expertos de la región y Estados Unidos han reportado en América Latina en los últimos cinco años.