Trabajadores de todo el mundo conmemoraron este domingo el Primero de Mayo, tras dos años de pandemia por la COVID-19, en un ambiente fuertemente marcado por reclamos relacionados con mejoras salariales, medidas para hacer frente a la inflación, protección a los trabajadores y empleos dignos.
En América, las manifestaciones comenzaron temprano en Cuba, con el tradicional desfile por el Día Internacional del Trabajo, que regresó luego de dos años suspendido por la pandemia, con más de 50,000 personas coreando consignas y portando carteles a favor del Gobierno.
Los participantes marcharon en la isla por unas tres horas y pasaron frente a la tribuna de autoridades, encabezada por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su predecesor, Raúl Castro.
En EE.UU, al grito de “Biden escucha, estamos en la lucha”, miles de personas resaltaron la urgente necesidad de una ciudadanía para millones de indocumentados y de mejores protecciones para los trabajadores en las más de 35 marchas que se desarrollaron por todo el país.
Tres heridos en Chile
Chile, por su parte, vivió una de las jornadas más álgidas, pues al menos tres personas resultaron heridas de bala, una de ellas de gravedad, y otras dos personas fueron detenidas en Santiago de Chile en el marco de la conmemoración del Día del Trabajo, según confirmaron a Efe fuentes policiales.
Durante una marcha convocada en el céntrico barrio de Estación Central, un grupo de personas disparó contra manifestantes que se congregaron para conmemorar el Primero de Mayo, resultando heridas de bala tres personas.
Una de ellas, una mujer que trabajaba para un medio de comunicación comunitario, fue herida en el cráneo y se encuentra en riesgo vital, mientras que una cuarta persona recibió un impacto de una piedra en la cabeza, señalaron desde el cuerpo de Carabineros.
En Centroamérica también levantaron su voz. Cientos de trabajadores de El Salvador marcharon para exigir el cumplimiento de sus derechos laborales y en contra de algunas decisiones del presidente Nayib Bukele, al tiempo que rechazaron que las protestas se hayan realizado en defensa de las pandillas.
Cabe recordar que El Salvador se encuentra bajo un régimen de excepción, implementado desde finales de marzo debido a la violencia atribuida a las pandillas, con el cual se han suspendido a los ciudadanos varios derechos constitucionales, como la libre asociación y reunión.
Reclamos laborales se escucharon asimismo en Panamá, Costa Rica y Honduras.
Mejoras salariales y de pensiones
En Venezuela, mientras unos 200 trabajadores protestaron en Caracas para exigir al Gobierno mejores condiciones laborales que incluyan un “salario digno”, el respeto a los convenios colectivos y el cese de la “persecución”, el presidente Nicolás Maduro aprobó un “bono único” de 10,000 bolívares, (US$ 2,227 al cambio oficial), para aquellos trabajadores que se jubilaron entre el 1 de enero del 2018 y el 1 de mayo de este año.
Lo propio hizo en Bolivia el presidente Luis Arce, que oficializó un alza salarial para millones de trabajadores: un incremento del 3% al sueldo básico o de contratación y del 4% al salario mínimo, pactados entre el Gobierno y los sindicatos para este año.
En Argentina, la fecha transcurrió con actos divididos en la capital, donde organizaciones sociales y políticas se movilizaron bajo la consigna: “techo, tierra y trabajo” en un caso, y el rechazo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el “ajuste” económico en el otro.
Tono electoral en Brasil y Colombia
La polarización también marcó la jornada en Brasil, donde las manifestaciones tuvieron un marcado clima político, con multitudinarios actos en todo el país divididos entre la izquierda, liderada por el exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva, y la derecha, encabezada por el presidente Jair Bolsonaro.
El Día del Trabajo sacó a las calles a los trabajadores colombianos para participar en diversas actividades que transcurrieron en calma, aunque con una marcada presencia electoral a menos de un mes de los comicios presidenciales.
Según la Policía, hubo más de 100 actividades entre marchas, concentraciones y plantones, la mayoría de las centrales sindicales, y pocos días después de que se cumpliera el primer aniversario del estallido social en Colombia, que paralizó durante semanas el país en el 2021 para reclamar igualdad social.
Todo esto, mientras el presidente Iván Duque destaca que su Gobierno logró “el mayor aumento real del salario mínimo en casi 50 años”.
La “marcha silenciosa” de Nicaragua
En Nicaragua, las exigencias de los trabajadores no se tomaron las calles como en buena parte del mundo. Los reclamos se trasladaron a las redes sociales, en las que miles de ciudadanos se quejaron de que el salario mínimo cubre menos de la mitad de la canasta básica.
Las organizaciones opositoras Unidad Nacional Azul y Blanco y la Articulación de Movimientos Sociales, cuyos líderes están bajo arresto o en el exilio, recurrieron a las redes sociales para reclamar los derechos de los trabajadores.
“Los nicaragüenses llegan al Día Internacional de los Trabajadores con menos derechos laborales, con altos índices de desempleo y en la informalidad. El régimen ha disminuido todos los derechos de la clase obrera”, señaló la Unidad.
En Nicaragua, uno de los tres países más pobres de América Latina, junto a Haití y Venezuela, el salario mínimo promedio, establecido en 6,978,34 córdobas (US$ 195,19 ), no alcanza para comprar la mitad de la canasta básica, cuyo precio, a marzo pasado, era de 16,998 córdobas (US$ 475,46), según datos del Banco Central.
Los reclamos en Europa
En Europa, miles de trabajadores se manifestaron. En España, por ejemplo, convocados por los sindicatos mayoritarios para celebrar el avance de los derechos laborales, exigieron aumentos salariales, indemnizaciones a los despidos y nuevas medidas para compensar los perjuicios de la inflación.
En Italia, los principales sindicatos, bajo el lema “Al trabajo por la paz”, reclamaron acciones del Gobierno para afrontar el encarecimiento de la energía y la inflación, dos problemas agudizados especialmente por la pandemia de la COVID-19.
Unas 14,000 personas se manifestaron también en Berlín, en donde fueron desplegados cerca de 5,500 agentes de Policía.
En el acto de la central sindical DGB ante la puerta de Brandeburgo, el presidente de la organización, Reiner Hoffmann, condenó la guerra de Ucrania por tratarse de un “ataque al orden de paz europeo y a nuestra democracia”, e hizo un llamado a la desescalada armamentística: “Necesitamos ese dinero para las inversiones de futuro en la transformación y para el funcionamiento de nuestro estado social”.
Justamente, en Moscú, miembros del Partido Comunista y del ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR) celebraron esta fecha con reivindicaciones sociales y laborales, pero también con alusiones a la campaña bélica en Ucrania y con algunos sindicalistas mostrando su apoyo al Ejército.
Activistas y simpatizantes del Partido Comunista se reunieron en la plaza cerca del monumento a Karl Marx en la Plaza del Teatro portando retratos de Joseph Stalin y Vladímir Lenin, y ondeando banderas.
En ese sentido, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, emitió un mensaje para rendir homenaje a las personas que han huido de la guerra en Ucrania y “reconstruyen sus vidas” en la Unión Europea, y recordó que pueden acceder a los mercados laborales europeos “y ver sus capacidades reconocidas”.
Disturbios e incidentes
En París se registraron, igual que en otros años, disturbios al margen de la manifestación principal, atribuidos a pequeños grupos de radicales encapuchados que rompieron e incendiaron mobiliario urbano, restaurantes de comida rápida y sucursales bancarias.
La manifestación del Día del Trabajo, compuesta por sindicatos y partidos de izquierda, sucede en medio de una creciente fractura social en Francia, achacada a las medidas del presidente, el liberal Emmanuel Macron, reelegido el pasado domingo para cinco años más.
También hubo algunos incidentes en Bélgica. En Bruselas, vehículos y comercios resultaron dañados durante una manifestación. Mientras que en Turquía, al menos 188 personas fueron arrestadas al intentar participar en manifestaciones del Primero de Mayo, prohibidas desde hace años por las autoridades.
En medio de estos reclamos en las calles, el papa Francisco denunció la muerte de trabajadores en sus puestos, “una tragedia muy extendida, quizá demasiado”, advirtió, desde la ventana del Palacio Apostólico y ante cientos de fieles que le escuchaban en la plaza de San Pedro.
“Hoy es la Fiesta del Trabajo. Que sirva de estímulo para renovar el compromiso para que en todos los lados el trabajo sea digno y que desde el mundo laboral venga la voluntad de hacer crecer una economía de paz”, dijo tras el rezo del Regina Caeli, que sustituye al Ángelus en tiempo pascual.