El Instituto de Inversión Wells Fargo informó que redujo sus expectativas económicas, con una leve recesión en Estados Unidos ahora en el horizonte en su escenario base para finales del 2022 y principios del 2023, lo que lo convierte en uno de los grandes bancos estadounidenses más bajistas.
En comparación, Goldman Sachs calculó recientemente las probabilidades de una recesión en un 15% para el próximo año y en un 35% para los próximos dos años. El último estudio de Morgan Stanley muestra una probabilidad del 25% de que se produzca una recesión en los próximos 12 meses.
Bank of America Corp dijo recientemente que ve los riesgos de recesión como “bajos por ahora pero elevados para el 2023″.
La rama de investigación de Wells Fargo también recortó su objetivo de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para finales del 2022 a 1.5% desde 2.2% y recortó su objetivo para finales del 2023 a un descenso de 0.5% desde su anterior expectativa de crecimiento del PBI de 0.4%.
Prevé una contracción desde el pico al punto más bajo de 1.3% durante tres trimestres. Esto se compararía con la contracción de 10% inducida por la pandemia en el 2020, la caída de 3.8% en la crisis financiera del 2008-2009 y el descenso de 0.1% en el 2001 y de 1.4% en 1990-1991.
Aunque la contracción económica del primer trimestre del 2022 se debió principalmente a las fuertes importaciones y a los cambios en los inventarios, Wells Fargo señaló que “la actividad de los consumidores se ha debilitado desde entonces”.
Citó el desarrollo de los tres principales riesgos identificados en sus perspectivas de diciembre del 2021, incluyendo nuevos brotes y restricciones por el COVID-19, una inflación más alta y prolongada y un dólar mucho más fuerte. Dijo que estos problemas se debían a la guerra entre Rusia y Ucrania y a la agresiva política de la Reserva Federal (Fed). “Estas perturbaciones están pasando factura a la economía”, afirmó.
Para su estimación más bajista citó una pérdida de impulso en el sentimiento de fabricantes y proveedores de servicios, la lectura de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan de marzo -la más baja desde el 2011-, así como las caídas generalizadas en la actividad del consumidor y una serie de “datos económicos de alta frecuencia marcadamente débiles desde mediados de abril hasta mediados de mayo”.
La firma también recortó su objetivo del S&P 500 para finales del 2022 a un rango de 4,200-4,400 desde un rango de 4,500-4,700, pero mantuvo su estimación de ganancias por acción para el 2022 en US$ 220 para las empresas del S&P 500.
El miércoles por la tarde, el S&P 500 cotizaba con una caída de 3.1%, hasta los 3,961.8 puntos.
La empresa también elevó su previsión de desempleo en Estados Unidos para el 2022 a 3.8% desde su previsión anterior de 3.4% y aumentó su previsión de desempleo para el 2023 a 4.4% desde su proyección anterior de 4%. Pero mantuvo su estimación de la inflación del Índice de Precios al Consumo (IPC) para el 2022 en 7.7%.
En la misma nota de investigación, Wells mejoró su calificación del sector de servicios públicos a “neutral” desde “muy desfavorable” y rebajó la calificación del sector de consumo discrecional a “desfavorable” desde “neutral” para reequilibrar sectores cíclicos y defensivos.