La decisión sin precedentes de la administración Trump de competir por la presidencia del banco de desarrollo más importante de América Latina sorprendió incluso a aliados cercanos pues explota las crecientes divisiones políticas en una región que lucha por contener el coronavirus.
El martes, Estados Unidos lanzó la candidatura de Mauricio Claver-Carone, asesor principal del presidente Donald Trump, para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington.
Si bien Claver-Carone se presenta como un aire fresco para una institución que ha tenido solo cuatro directores en seis décadas, su eventual presidencia también significaría romper una tradición no escrita en la que este importante banco es dirigido por un latinoamericano.
La institución, que tiene contemplado prestar US$ 15,000 millones este año a proyectos que van desde infraestructura hasta salud y educación en 26 países de América Latina y el Caribe, tiene un rol descomunal ante la pandemia y la devastadora recesión que se desencadenaría, según estimaciones. La región representa 8% de la población mundial, pero alberga actualmente cerca de la mitad de las nuevas muertes por virus.
La elección del cubanoamericano ubicaría a un aliado de Trump en el BID durante la próxima media década, incluso si Trump pierde su candidatura de reelección en noviembre. EE.UU. aprovechó la oportunidad después de que las tres economías más grandes de América Latina no lograran ponerse de acuerdo sobre un candidato.
Mientras Argentina aseguró el apoyo de México para Gustavo Beliz, un asesor del presidente, Alberto Fernández, Brasil planeó presentar su propio candidato, Rodrigo Xavier, un exejecutivo de UBS AG y Bank of America.
A pesar de tener una participación de voto combinada de 23% en el banco y ser aliados históricos, las relaciones entre Brasil y Argentina se han deteriorado en los últimos meses en medio de un choque ideológico entre la coalición de izquierda de Fernández y la administración de extrema derecha del presidente Jair Bolsonaro. No se ha sabido que Fernández, quien asumió el poder en diciembre, haya tenido una sola conversación telefónica con su homólogo brasileño.
“Hay una falta de unión en América Latina”, dijo Verónica Ortiz, directora general del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales en Ciudad de México. “Eso dificulta el consenso y crea una ventana de oportunidad para Trump. Hemos visto a Trump, que es un gran escéptico de las organizaciones multilaterales, tratando de ubicar a personas con ideologías cercanas a él en algunos de estos espacios”.
Los Gobiernos de Brasil, México y Argentina no sabían de antemano sobre el plan de EE.UU. para nominar a Claver-Carone, según personas familiarizadas con el proceso.
“Nadie esperaba que EE.UU. se lanzara al ring”, dijo Benjamin Gedan, subdirector del programa de América Latina en Wilson Center, un grupo de expertos con sede en Washington. “El hecho de que los latinoamericanos no se unieran en torno a un candidato abrió la puerta a un enfoque alternativo”.
En una breve declaración conjunta, los ministerios de Economía y Asuntos Exteriores de Brasil dijeron el miércoles que el país recibió positivamente el anuncio de una candidatura de EE.UU., que muestra que el Gobierno estadounidense está “firmemente comprometido con el futuro del BID”. Sin embargo, el país esperaba obtener el respaldo de Estados Unidos para Xavier, según dos personas familiarizadas con el asunto. La declaración de Brasil no indicó explícitamente si la nación apoyará a Claver-Carone.
Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales en Fundacao Getulio Vargas en Sao Paulo, escribió en un tuit que la decisión de Trump fue una “bofetada” para Bolsonaro, lo que demuestra que la candidatura de Brasil no fue tomada en serio.
Un latinoamericano tradicionalmente ocupa el cargo de presidente del BID, con un estadounidense como vicepresidente ejecutivo, el segundo cargo más alto. La pregunta de quién ocupará ese cargo también queda por responder.
“Estas son coreografías diplomáticas realmente delicadas”, dijo Gedan, quien se desempeñó como director para Suramérica en el Consejo de Seguridad Nacional de la administración Obama, sobre el concurso del BID. “La administración Trump ha alterado esta dinámica de manera característica”.