Si Joe Biden y Donald Trump tienen algo en común, es que no confían en las encuestas. Durante las primarias republicanas, Trump se refirió a los sondeos en los que su oponente Nikki Haley parecía estar demasiado cerca para sentirse tranquilo como “una estafa más”. Ahora Biden ha puesto en duda las encuestas que lo muestran detrás de Trump en los estados pendulares o plagadas de índices de aprobación históricamente bajos.
“No creo que ese sea mi índice de aprobación”, le comentó a George Stephanopoulos en una entrevista transmitida en ABC News en un horario de máxima audiencia, la cual tenía como objetivo calmar el nerviosismo de los demócratas después de su terrible actuación en el debate contra Trump. “Eso no es lo que muestran nuestras encuestas”, agregó, para referirse a los sondeos internos de su campaña.
Biden no profundizó sobre el contenido exacto de esas encuestas más positivas. Sin embargo, las públicas sugieren que, en promedio, su déficit ha aumentado 1.7 puntos desde el debate. Ahora la ventaja de Trump es la mayor que haya tenido en cualquiera de sus tres campañas presidenciales. Incluso es posible detectar un cambio pequeño porque las empresas encuestadoras le han preguntado de manera constante al público su opinión sobre Trump y Biden, quienes han hecho campaña como los posibles candidatos presidenciales durante unos cuatro meses. Por desgracia para los demócratas, a quienes les gustaría identificar a Biden como la alternativa más elegible, las encuestas recientes ofrecen pocas respuestas claras.
LEA TAMBIÉN: Biden y sus dos errores críticos en momento crucial de contienda electoral
Entre 11 empresas que encuestaron a votantes poco antes y después del debate, el apoyo a Biden cayó menos de medio punto, mientras que el de Trump subió 1.3 puntos. Desde el debate, se han realizado muy pocos sondeos en estados pendulares como para poder determinar un promedio sólido. No obstante, si este cambio se repite en los pendulares, donde en la mayoría Biden ya está detrás de Trump por un margen mayor que a nivel nacional, el panorama será aún más sombrío para los demócratas. El actual presidente va detrás de algunos senadores demócratas que se están postulando a reelección en estados como Nevada y Wisconsin. De confirmarse, esa tendencia sugeriría que la culpa es de la impopularidad de Biden, no del sello demócrata.
En caso de que Biden se retire, ¿cómo le iría a su vicepresidenta y aparente heredera, Kamala Harris, en contra de Trump? Una serie de encuestas realizadas después del debate muestran que ella estaría detrás del exmandatario por un promedio de 3.4 puntos. Eso es malo para Harris. Sin embargo, en las siete encuestas en las que se preguntó tanto por Biden como por Harris, ella superó a su jefe en dos y empató en una. El promedio de Harris es peor debido a dos encuestas muy malas que pueden ser casos atípicos.
Además de su escasez, estos sondeos nos dicen poco. Harris no ha liderado ninguna campaña presidencial. No suele aparecer en los anuncios de televisión que inundan las ondas de radio en los estados pendulares (donde, en junio, la campaña de Biden superó en gastos a la de Trump por una proporción de cinco a uno). Y aunque Harris fue candidata a la presidencia en las primarias demócratas de 2020, en las que obtuvo resultados de un solo dígito al final de su campaña, es probable que los votantes no recuerden, o nunca hayan conocido, sus plataformas políticas.
Hasta hace poco, la prueba más contundente en contra de la elegibilidad de Harris eran sus índices de favorabilidad. Durante buena parte de la presidencia de Biden, menos estadounidense les respondieron a los encuestadores de YouGov que tenían una opinión más favorable de Harris que del presidente, mientras que la misma cantidad tenía una opinión desfavorable.
LEA TAMBIÉN: Biden y Trump llaman a la unidad nacional, mientras FBI investiga motivo del ataque
En el último año esto ha cambiado. La cantidad de personas que tienen una opinión favorable de Biden ha disminuido —hasta igualar a los que tienen una opinión favorable de Harris— mientras que la cantidad de la gente que tiene una opinión desfavorable de él ha aumentado. Una pequeña parte de los estadounidenses asegura que “no saben” si tienen una opinión favorable de Harris, tal vez suficiente para darle margen de maniobra en unas elecciones que se pueden decidir con unos pocos miles de votos.
Si los demócratas decidieran que sus luchas familiares son demasiado aburridas, podrían celebrar unas primarias rápidas, como dijo hace poco Jim Clyburn, un congresista demócrata por Carolina del Sur (un vocero señaló más tarde que Clyburn solo se refería a un escenario hipotético). Los sondeos pueden revelar incluso menos sobre cómo les iría a los candidatos sin el perfil nacional de Harris. En una encuesta reciente de YouGov/The Economist, el 26% de los encuestados aseguró tener una opinión favorable de Gretchen Whitmer, gobernadora de Míchigan. Sin embargo, el 45% no tenía ninguna opinión. Un 30% respondió lo mismo sobre Gavin Newsom, gobernador de California, y Pete Buttigieg, secretario de Transporte.
El poco reconocimiento de su nombre no significa que las alternativas de Biden sean malos candidatos, tan solo que mucha gente todavía no se ha formado una opinión. Sin embargo, las encuestas no pueden responder a la pregunta real en manos de las élites del Partido Demócrata: ¿Biden está en condiciones de hacer una campaña agotadora de cuatro meses y seguir en el cargo hasta los 86 años? Parece que los votantes han decidido que no puede: el 61% de los encuestados le dijo a YouGov que la salud y la edad de Biden afectarían de manera grave su capacidad para desempeñar sus funciones como presidente si fuera reelegido.
LEA TAMBIÉN: The Economist: por qué Biden debe retirarse
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.