En su primer viaje por Sudamérica, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llega este martes a un Ecuador bajo estado de excepción, una medida dispuesta por el gobierno para enfrentar la violencia del narcotráfico.
El secretario de Estado estará en Quito desde la tarde y el miércoles se trasladará a Bogotá para una visita de dos días, con un mensaje de apoyo a sus democracias.
Estados Unidos quiere reforzar su alianza con ambos gobiernos conservadores en momentos de renovada tensión con la Venezuela chavista.
Blinken hará su primera escala en un Ecuador conmocionado por el repunte de la inseguridad y una crisis carcelaria sin precedentes, con cientos de muertos de por medio, fenómenos que el gobierno de Guillermo Lasso vincula con el narcotráfico.
El lunes decretó el estado de excepción por 60 días para combatir el crimen organizado, cuando también crece el descontento social por el alza gradual de los precios de combustibles, un tema que en el pasado ha generado protestas duramente reprimidas.
Amparado en esa figura, Lasso ordenó el despliegue “inmediato” de los militares para que apoyen a policías en las calles, aunque se abstuvo de restringir libertades como las de protesta o reunión.
En Guayaquil (suroeste), núcleo comercial del país, ya se percibía la presencia de soldados en operativos de requisas de armas y drogas pero no en Quito, según reporteros de la AFP.
Por largo tiempo Ecuador logró mantenerse al margen de la violencia del narcotráfico, pese a compartir fronteras con Colombia y Perú, principales productores mundiales de cocaína junto a Bolivia.
“Uno de los ejes principales para Estados Unidos en materia de cooperación es precisamente la lucha contra el narcotráfico. La visita del secretario de Estado responde al fortalecimiento de estos lazos” pero también a su “preocupación”, comentó la analista ecuatoriana Karen Garzón Sherdeck.
Durante el auge de la izquierda en América Latina, Washington mantuvo relaciones difíciles con Ecuador por una década (2007-2017), que mejoraron con el gobierno de Lenín Moreno (hasta el 2021), y que se espera entren en una etapa de estrecha cooperación bajo el mandato de Lasso, un exbanquero que ha profesado su cercanía con la primera potencia.
Nuevo tipo de relación
En Bogotá, aliado histórico de Washington, Blinken se reunirá con el presidente Iván Duque.
Ambos gobiernos mantienen una relación cordial, pese a los llamados de miembros del Partido Demócrata para que la Casa Blanca se pronuncie con más fuerza contra la brutalidad policial en un país que enfrentó una ola inédita de protestas.
Duque es el principal apoyo de Estados Unidos en su cruzada contra el ilegítimo régimen de Nicolás Maduro. El mandatario colombiano mantiene una política de puertas abiertas con los cientos de miles de migrantes que han cruzado la frontera huyendo del desastre económico en Venezuela.
El viaje de Blinken coincide con la extradición a Estados Unidos desde Cabo Verde del colombiano Alex Saab, considerado el mayor testaferro de Maduro y quien estaría implicado en el desvío de millones de dólares destinados a comida y ayudas para los empobrecidos venezolanos.
Al igual que en Ecuador, el secretario de Estado hablará con autoridades, así como con grupos de defensa de derechos humanos. Además de democracia y narcotráfico, Blinken quiere promover el mensaje contra la crisis climática que alienta la administración de Joe Biden.
“Es un importante viaje en favor de la democracia para el secretario Blinken, pero también es un realineamiento de las relaciones con las democracias de América Latina, (que va) más allá de los asuntos tradicionales que han dominado el debate durante muchos años”, dijo Muni Jensen, exdiplomática colombiana y actual consultora en el Albright Stonebridge Group en Washington.
En su agenda también está prevista una reunión con ministros de Relaciones Exteriores de la región, entre ellos el de Perú, para hablar sobre migración, en medio de un alto flujo de haitianos que buscan iniciar el largo viaje a Estados Unidos desde el sur del continente, pasando por Colombia y Panamá.