La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, advirtió el miércoles que si no se pone un límite al precio del petróleo ruso se perjudicará la economía mundial.
“Sin un límite de precios, nos enfrentamos a la amenaza de una subida en los precios de la energía a nivel mundial si se cierra la mayor parte de la producción energética rusa”, señaló Yellen al inicio de una reunión con su homólogo británico, Nadhim Zahawi.
La Unión Europea ha decidido vetar casi todo el petróleo procedente de Rusia para finales de año. También prohibirá asegurar y financiar el transporte marítimo de petróleo ruso a otros países. A menos que se aplique un tope de precios, es casi seguro que éstos se dispararán.
El Reino Unido y otros países del G7 acordaron provisionalmente en junio imponer un límite máximo al precio del petróleo ruso. Conseguir que el mayor número posible de países acepte unirse a un cártel de compradores ha sido uno de los principales objetivos del Departamento del Tesoro en su intento de frenar la capacidad de Rusia para financiar su guerra en Ucrania.
Yellen afirmó que se han producido “avances sustanciales” para hacer realidad el límite de precios y se mostró optimista al respecto.
Zawahi, que asumió el cargo de ministro de Hacienda el 5 de julio, dijo que Gran Bretaña pretende “influir en las naciones clave” para que se sumen al plan.
El principal pilar de los ingresos financieros del Kremlin —el petróleo— ha mantenido a flote la economía rusa a pesar de los vetos a sus exportaciones, de las sanciones que le ha impuesto Occidente y de la congelación de los activos del banco central.
Limitar el precio reduciría los ingresos del Kremlin procedentes del petróleo, y animaría al país a seguir produciendo, según han dicho los funcionarios del Tesoro. Sin embargo, los líderes mundiales temen que Rusia pueda restringir su suministro de energía como represalia, provocando un aumento de los precios.
Yellen dijo que un tope también limitaría el impacto del aumento de los precios del petróleo en la inflación de los países consumidores, ya que el coste de la gasolina y el gasóleo sigue presionando a los consumidores y las empresas, especialmente en Europa.
Para que sea efectivo, los países participantes tendrían que acordar colectivamente la compra de petróleo a un precio inferior al del mercado.
China e India, dos países que se han resistido en gran medida a sumarse a los esfuerzos para castigar al Kremlin y que han mantenido relaciones comerciales con Rusia durante la guerra, tendrían que sumarse al plan.