Ahora que es prácticamente seguro que habrá un recorte de las tasas de interés en setiembre y la atención se centra en el ritmo de las futuras reducciones, los banqueros de la Reserva Federal se están uniendo en torno a un enfoque gradual para el último tramo de su lucha contra la inflación.
En el simposio anual de investigación de la Fed celebrado la semana pasada en Jackson Hole, Wyoming, una serie de banqueros centrales abogó por bajar las tasas de forma “gradual” o “metódica”. Eso contrarrestó las expectativas de los inversionistas de al menos un recorte de gran magnitud este otoño.
La inflación aún no se ha enfriado del todo hasta su meta del 2%, argumentaron los funcionarios de la Fed, y aunque el mercado laboral muestra signos de fragilidad, la ausencia de despidos generalizados significa que aún no se requiere una acción agresiva.
“Metódica, gradual, cuidadosa: esas son las palabras que escuchamos a los responsables políticos cuando quieren cambiar el rumbo”, dijo Brett Ryan, economista sénior para Estados Unidos de Deutsche Bank AG. “Va a ser una especie de proceso de tanteo que van a querer abordar con más calma”.
El gradualismo es una estrategia que la Fed ha desplegado antes en tiempos de incertidumbre. Sugiere que esperan recortar las tasas 25 puntos básicos cada vez. Sin embargo, el presidente del banco central, Jerome Powell, estuvo notablemente ausente del grupo que respaldaba este enfoque.
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Más dovish
El jefe de la Fed ha apostado su legado a reducir la inflación sin causar un daño severo en el mercado laboral. En su discurso de Jackson Hole, Powell no describió en ningún momento la rapidez o lentitud con la que espera que actúe la Fed después de setiembre. También sonó más abierto que varios de sus colegas a adoptar un enfoque más agresivo si las cosas se deterioran rápidamente en el frente del empleo.
“Haremos todo lo que podamos para apoyar un mercado laboral fuerte mientras seguimos avanzando hacia la estabilidad de precios”, dijo Powell. “No buscamos ni nos complace un mayor enfriamiento de las condiciones del mercado laboral”.
La Fed, como muchos otros bancos centrales, ha adoptado un enfoque gradual durante la mayoría de los ciclos de flexibilización y endurecimiento de la era moderna, con algunas excepciones.
Al inicio de la crisis financiera y durante la pandemia del covid, los responsables políticos llevaron rápidamente las tasas de interés a cero. El expresidente de la Fed Paul Volcker fue famoso por su inquebrantable estrategia para sofocar la inflación a finales de los setenta y principios de los ochenta. Por lo demás, lo habitual ha sido que la política monetaria se haya ajustado en recortes de solo un cuarto de punto porcentual cada vez.
Este enfoque, detallado por el entonces presidente del banco central Ben Bernanke en un discurso sobre el gradualismo pronunciado en 2004, da tiempo a los encargados de la política monetaria para evaluar la respuesta de la economía a sus acciones.
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Aplicado ahora, el gradualismo proporcionaría cierto alivio al actual nivel de restricción de la Fed, pero también tendría en cuenta que aún no se ha alcanzado la meta de inflación. Tras subestimar el repunte de los precios en 2021 y empezar a endurecer la política monetaria demasiado tarde, algunos responsables políticos siguen recelosos de que se reavive la inflación. Al menos a uno le preocupa que el abaratamiento de los costos de los préstamos libere la demanda reprimida de los consumidores y las empresas que están a la espera de tasas más bajas.
Pero al mismo tiempo, el mercado laboral empieza por fin a parecer normal de nuevo y según algunas medidas, un poco débil. El desempleo subió inesperadamente al 4.3% en julio. Los empleadores no están despidiendo trabajadores en masa, pero han ralentizado drásticamente la contratación.
Para algunos, como el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, es una combinación que probablemente no durará mucho tiempo.
“Ahora tienen una pregunta importante a su alrededor en términos de debilitamiento del mercado laboral”, dijo Claudia Sahm, economista jefe de New Century Advisors, una firma de gestión de inversiones. “Tienen que empezar a eliminar la restricción”.
Powell y sus colegas argumentaron durante mucho tiempo que el caliente mercado laboral estaba avivando la inflación al impulsar los salarios al alza y dar a los consumidores de Estados Unidos más poder adquisitivo. Pero Powell dejó claro que ese efecto se ha desvanecido.
“Powell parece ser más dovish que sus colegas”, dijeron los economistas de EY-Parthenon Gregory Daco y Lydia Boussour. “Aun así, a menos que las condiciones laborales se deterioren materialmente en las próximas semanas, seguimos esperando que la mayoría de los banqueros centrales estén a favor de un recorte de 25 puntos básicos en setiembre”.
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¿Cuán rápido y cuánto?
A medida que los miembros de la Reserva Federal se embarcan en esta próxima fase, se enfrentan a otra pregunta además de la de cuán rápido ir: si todo va bien, ¿hasta dónde pueden llegar a recortar las tasas?
La llamada tasa de interés neutral, en la que el banco central ni frena la economía ni la estimula, es una estimación más que un cálculo científico exacto. Algunos miembros de la Fed y economistas sostienen que en la economía pospandémica, donde la productividad laboral ha subido, ese nivel puede ser más alto de lo que era antes.
Dada la incertidumbre, eso hace que moverse gradualmente sea aún más atractivo.
Si los banqueros centrales pudieran saber de algún modo con seguridad dónde se encuentra la tasa neutral, dijo Barkin, podrían simplemente moverse hacia allí y declarar la victoria. Pero no es tan sencillo en la vida real.
“En cierto modo se quiere tantear el camino hasta allí”, dijo en un episodio del podcast Odd Lots de Bloomberg grabado la semana pasada. “Se sabrá en función de si la inflación se ha asentado o se está acelerando. Se sabrá en función de si el mercado laboral crece o se contrae. Se sabrán esas cosas sobre la marcha y se ajustarán las tasas según sea apropiado”.
Otros en la Fed, como Mary Daly de San Francisco, creen que es demasiado pronto para preocuparse por la neutralidad.
“Lo realmente relevante ahora es que incluso cuando hagamos ajustes en la tasa de política monetaria para asegurarnos de que es la correcta, seguiremos estando en territorio restrictivo”, dijo en una entrevista en Bloomberg Television. “Nos queda mucho camino por recorrer”.
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