El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo conversaciones en la Casa Blanca el viernes con el presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en un reinicio de las relaciones entre ambos países tras el fin del tormentoso Gobierno de Jair Bolsonaro, aliado de Donald Trump.
Los dos líderes abrieron su reunión en el Despacho Oval a última hora de la tarde hablando a la prensa de sus valores compartidos en la lucha frente el cambio climático y la protección de la democracia frente al auge del autoritarismo.
“Tenemos que seguir defendiendo la democracia y nuestros valores democráticos, que forman el núcleo de nuestra fortaleza”, dijo Biden a Lula antes de una sesión privada entre los líderes, y añadió que los dos estaban en la “misma página” sobre la “crisis climática”.
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Las relaciones entre las dos mayores democracias del hemisferio se enfriaron bajo el predecesor de extrema derecha de Lula.
Brasil “se automarginó durante cuatro años” bajo el mandato del expresidente, dijo Lula en la Casa Blanca, sin mencionar a Bolsonaro por su nombre.
Su mundo, dijo Lula, había “comenzado y terminado con noticias falsas por la mañana, por la tarde, por la noche”, lo que provocó que Biden se riera y señalara: “Suena familiar”.
Lula dijo que Brasil estaba tratando de reposicionarse en el mundo, y que ambos países no deberían permitir nunca más el tipo de ataques como el de los partidarios de Bolsonaro el mes pasado o del que se hizo eco: el motín del seis de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos para impedir la certificación de la victoria de Biden en 2020 sobre el expresidente Trump.
Lula también dijo que los dos líderes también podrían trabajar juntos para combatir la desigualdad y el cambio climático.
No se espera que Biden y Lula estén de acuerdo sobre la guerra en Ucrania, dada la neutralidad de Brasil. Lula quiere ver una negociación de la paz con la participación de actores globales más neutrales.
Lula defendió su decisión de no proporcionar munición de artillería de fabricación alemana solicitada por Occidente para apoyar la defensa ucraniana. “Si enviara las municiones, estaría uniéndome a la guerra. No quiero unirme a la guerra. Quiero la paz”, dijo más temprano en la cadena CNN.
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La visita de Lula a la Casa Blanca se produjo después de una reunión con el senador Bernie Sanders y parlamentarios demócratas.
APOYO AL AMAZONAS
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil había dicho que el apoyo a la democracia, los derechos humanos y el medio ambiente serían en el centro de la agenda de Lula en Washington.
Brasil desea que más países contribuyan al Fondo Amazónico de 1.000 millones de dólares creado por Alemania y Noruega para financiar la conservación de la selva tropical y el desarrollo sostenible.
El Gobierno de Biden está estudiando la posibilidad de unirse a este fondo de 1.300 millones de dólares, según confirmaron a Reuters dos funcionarios estadounidenses.
Una contribución de Estados Unidos al fondo administrado por Brasil resaltaría el restablecimiento de los lazos entre los dos países tras el reciente período de enfriamiento de las relaciones.
Lula viajó a Washington con la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, y se espera que se reúna con el enviado de Biden para el clima, John Kerry. Los ministros de Relaciones Exteriores, Hacienda e Igualdad Racial también forman parte de la delegación.
Brasil reforzó esta semana su compromiso de proteger la selva amazónica lanzando una operación contra los mineros ilegales de oro que han devastado la reserva indígena yanomami en el norte de Brasil.
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El predecesor de Lula relajó las protecciones medioambientales, fomentando la minería y la tala en la Amazonia y permitiendo que la deforestación en la región alcanzara su nivel más alto en 15 años.
En la Casa Blanca, Lula dijo que la selva amazónica había sido “invadida” bajo la administración anterior, y añadió que se comprometía a alcanzar la deforestación cero para 2030.
Fuente: Reuters