Las empresas y los consumidores de todo el mundo están empezando a sentir las consecuencias económicas de los cierres por COVID-19 en China. La importancia de la política de Pekín aún está por verse a medida que se cierran otras ciudades para contener brotes más pequeños, lo que se suma a la congestión de la cadena de suministro, que se ha visto afectada por la guerra en Ucrania. (Foto: Bloomberg)
Las empresas y los consumidores de todo el mundo están empezando a sentir las consecuencias económicas de los cierres por COVID-19 en China. La importancia de la política de Pekín aún está por verse a medida que se cierran otras ciudades para contener brotes más pequeños, lo que se suma a la congestión de la cadena de suministro, que se ha visto afectada por la guerra en Ucrania. (Foto: Bloomberg)

Los flujos de carga de China a los puertos más activos de Estados Unidos parecen constantes a pesar de los cierres en el país, y no hay signos inminentes de una desaceleración en la demanda de los consumidores estadounidenses a juzgar por la cantidad de contenedores cargados de mercancías que llegan al puerto de Los Ángeles, dijo su director ejecutivo, Gene Seroka.