La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos tiene una nueva forma de justificar aumentos en las tasas de interés para contener la inflación: los presenta como la mejor forma de combatir la desigualdad económica.
Esta actitud contrasta con su perspectiva tradicional en relación con las tasas de interés. Hasta ahora, aumentos pronunciados en las tasas de interés como los que se anuncian para los próximos meses eran considerados perjudiciales para las personas de bajos ingresos. Ese sector es el que más sufre si el aumento en las tasas genera una desaceleración económica, desempleo e incluso una recesión.
Pero ahora, algunos de los funcionarios de la Fed que más favorecen las tasas bajas para proteger el mercado laboral dicen que la inflación se ensaña con los más pobres y que contener la inflación es una cuestión de justicia. La carga que representan los precios altos “es particularmente pesada para los hogares de menos recursos”, manifestó Lael Brainard, influyente miembro de la Junta de Gobernadores de la Fed y vieja promotora de las tasas bajas. “Contener la inflación es nuestra tarea más importante en estos momentos”, señaló en un discurso pronunciado el martes.
Brainard destacó que la comida y la energía representan una cuarta parte de los aumentos de precios causantes de la inflación más alta que registra Estados Unidos en 40 años. Los sectores más pobres gastan una cuarta parte de sus ingresos en comida y transporte, indicó, mientras que las clases más pudientes gastan menos de una décima parte.
Legisladores de ambos partidos coinciden en que es vital contener la inflación aumentando paulatinamente las tasas de interés, medida que elevará el costo de los préstamos a individuos y negocios.
De hecho, la mayoría de los economistas cree que la Fed tardó mucho en dar este paso y ahora corre el riesgo de tener que frenar el crédito demasiado rápido, descarrilando la economía. El mes pasado, la Fed subió su tasa clave de casi cero a entre 0.25% y 0.5%.
Algunos demócratas temen que un aumento en las tasas de interés haga que bajen las contrataciones, en momentos en que el desempleo es más alto entre los afroestadounidenses que entre los blancos.
“Está claro que hay mucho que hacer para asegurarse de que todos tienen acceso a un trabajo de calidad”, declaró el senador demócrata Sherrod Brown el mes pasado en una vista sobre la nominación de Jerome Powell para un segundo mandato como presidente de la Fed. “Subir las tasas de interés demasiado temprano puede afectar el crecimiento del mercado laboral”.
Tim Duy, el principal economista de SGH Macro Advisers, y otros analistas estiman que la Fed hace bien en destacar el daño que la inflación puede causar a los pobres. Pero también sugiere que la Fed exagera un poco al decir que la inflación agrava la desigualdad económica.
Nathan Sheets, del Citi y quien trabajó en la Fed, dice que la inflación reduce la carga que representa la deuda, un elemento que puede afectar en forma desproporcionada a las personas de bajos ingresos. Los sueldos a menudo suben a la par de la inflación. Pero las hipotecas y otras deudas generalmente tienen tasas de interés fijas que resultan más fáciles pagar si aumentan los ingresos como consecuencia de la inflación.
El discurso de esta semana de Brainard fue uno de los ejemplos más notables de la nueva tesis de la Fed en el sentido de que la inflación agrava la desigualdad. Brainard dijo que los hogares de menores ingresos --una quinta parte de la población-- gastan el 77% de sus ingresos en necesidades básicas, como comida y vivienda. En contraste, los de mayores ingresos cubren sus gastos básicos con el 31% de sus ingresos.
Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco y vieja creyente en la filosofía de mantener las tasas de interés bajas, sorprendió a muchos esta semana al declarar que “la inflación es tan dañina como no tener trabajo”.
No poder pagar las cuentas o no poder ahorrar para lo que uno quiere “es algo que no te deja dormir de noche”, manifestó Daly ante la Native American Financial Officers Association.
El propio Powell comenzó a cambiar de perspectiva el año pasado, cuando, declarando ante el Congreso, habló del alto impacto de la inflación en los más desposeídos, de acuerdo con Duy.
Fue un giro notable para Powell, quien se ha enfocado en la desigualdad con mucha más fuerza que sus predecesores.
La Fed dio a entender que tomaría en cuenta las tasas de desempleo de los afroestadounidenses y los hispanos al fijar sus tasas de interés. El banco central estadounidense indicó asimismo que no aumentaría las tasas anticipándose a un incremento de la inflación, sino que esperaría a que ese incremento se materialice.
Brainard comentó en febrero del 2021 que anticiparse a la inflación “puede afectar el progreso de los grupos étnicos y raciales, que han enfrentado problemas sistémicos”.
Powell y otros funcionarios de la Fed dicen que su objetivo actual es bajar la inflación reduciendo, no frenando, el crecimiento. Afirman que reducir la inflación es importante para que la economía siga expandiéndose y el desempleo se mantenga bajo.
Sheets cree que la Fed puede subir las tasas sin preocuparse demasiado por el mercado laboral ya que su tasa de referencia es muy baja en estos momentos. La Fed considera que su tasa de referencia no afectará el crecimiento mientras no llegue a 2.4%.
Minutas de la reunión más reciente de la Fed, en marzo, dadas a conocer el miércoles revelan que el banco central quiere alcanzar ese nivel lo más rápidamente posible. Los economistas calculan que lo haría a fin de año.
A esa altura, si la inflación sigue demasiado alta, la Fed podría volver a aumentar las tasas, hasta que se genere cierto nivel de desempleo y asome el fantasma de una recesión. “Ahí es cuando se complican las cosas”, señaló Sheets.