Una nueva fiebre relacionada con la pandemia del coronavirus ha surgido en Estados Unidos: la Faucimanía.
Después de décadas de prestigio en la medicina estadounidense, el doctor Antony Fauci se ha convertido en una celebridad en su puesto de director del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas, desde donde ha dirigido la respuesta médica al Covid-19 e intentado informar a un país lleno de ansiedad.
La fama de Fauci se presenta en todo tipo de formas nuevas, incluso a veces inusuales: una tienda de Rochester, Nueva York, hizo donas con la imagen de un Fauci en bata blanca. Una cervecería de Georgia produjo una cerveza pale ale llamada “Fauci Spring”. Tiene frutos de açai _ saludable, ¿cierto? _ y lúpulos experimentales.
Los usuarios de Amazon pueden comprar una taza “Fauci for President” (Fauci para presidente) o una veladora que lo representa como un santo con un corazón brillante. Una cuenta de admiradores de Fauci en Twitter tiene más de 21,000 seguidores, y no es la única.
Gran parte del nuevo estrellato de Fauci se debe a su participación en las ruedas de prensa al lado del presidente Donald Trump en la Casa Blanca. La forma científica de Fauci de explicar la crisis ha atraído a una cantidad incontable de seguidores.
Parte de la atracción puede deberse a la forma en que el hombre de 79 años con áspero acento de Brooklyn también se ha salido de los canales usuales de la Casa Blanca para relacionarse con personas que podrían no sintonizar sitios noticiosos tradicionales.
Fauci dio una entrevista en internet con el anfitrión de “The Daily Show” Trevor Noah, normalmente crítico del gobierno, quien tiene más de 11.5 millones de vistas en línea. Otra entrevista de Fauci con el astro del básquetbol Steph Curry, de los Warriors de Golden State, ha sido vista más de 450,000 veces en YouTube.
Al presentar la charla de casi 30 minutos, Curry elogió a Fauci por su trabajo y “compromiso de proteger a las masas”. Fauci sonrió desde un cuadro separado en el video, con una canasta de básquetbol de juguete colgada sobre su cabeza en el fondo.
No todos son seguidores. Algunos conservadores han etiquetado a Fauci como un fraude en busca de atención que forma parte de una camarilla del “estado profundo” que intenta derrocar a Trump, y el mismo presidente retuiteó un mensaje que incluía el hashtag #FireFauci (#DespidanaFauci), de uso popular en redes sociales de extrema derecha.
Trump también ha expresado su apoyo a Fauci, pero se cuestiona cuánto durará eso dados los antecedentes de Trump de volverse en contra de miembros de su propio gobierno, tal como Jeff Sessions, el primer secretario de Justicia del presidente.
La pandemia no es la primera vez que Fauci está bajo el faro. Asesor de seis presidentes, fue galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad en el 2008 por su trabajo para impulsar el tratamiento de infecciones con VIH.
Según su biografía oficial, un análisis del año pasado mostró que ocupaba el puesto 41 de los investigadores más citados en la historia.
Sin embargo, la mayoría de los investigadores científicos no se han convertido en peluches de juguete con una capa roja de superhéroe. O, de hecho, en un muñeco cabezón “bobblehead”.
El Salón Nacional de la Fama Bobblehead, con sede en Milwaukee, Wisconsin, acepta pedidos del muñeco de Fauci a un costo de US$ 25, de los cuales US$ 5 se donan a la Asociación Americana de Hospitales para comprar mascarillas protectoras para sus empleados médicos.
“Los bobbleheads son el mayor honor y creemos que el doctor Fauci se lo merece dado lo que ha hecho y continúa haciendo por nuestro país y el mundo en la lucha contra el Covid-19”, dijo en un comunicado Phil Sklar, fundador y director general del museo.