Joe Biden regresa a la Casa Blanca para liderar Estados Unidos en medio de una crisis económica después de vencer a Donald Trump en las elecciones presidenciales del martes, un giro de los acontecimientos que probablemente evoque una inquietante sensación de déjà vu al exvicepresidente.
A diferencia del 2008, cuando el país eligió al demócrata Barack Obama y a su compañero de fórmula Biden mientras la economía mundial se tambaleaba por la crisis de las hipotecas de alto riesgo y el colapso del banco de inversión Lehman Brothers, lo peor de la recesión económica actual puede haber pasado ya, según economistas y analistas.
“Todavía estábamos cayendo al abismo”, recuerda Donald Kohn, quien fue vicepresidente de la Reserva Federal (Fed) durante la Gran Recesión del 2007-2009, la peor recesión de Estados Unidos desde la Gran Depresión hasta que fue eclipsada por la crisis actual.
Cuando Obama y Biden asumieron el cargo en enero del 2009, el desempleo en el país seguía aumentando y no alcanzaría su punto máximo hasta 10 meses después, cuando llegó a 10%.
Biden, que había pasado más de un cuarto de siglo en el Congreso antes de convertirse en vicepresidente, ayudó a impulsar un paquete de estímulo de US$ 800,000 millones que fue criticado por los republicanos como un derroche y por la izquierda por exiguo.
“Sabemos que parte de este dinero se va a desperdiciar”, dijo a los líderes empresariales en junio de ese año con una franqueza característica, instándolos a aceptar el paquete.
La tasa de desempleo no cayó por debajo del nivel en el que estaba cuando Obama y Biden fueron elegidos hasta un año después de su segundo mandato.
Durante la actual crisis, que comenzó con cierres relacionados con el coronavirus en marzo, el gobierno federal ya ha ofrecido billones de dólares en estímulos y el desempleo ha bajado drásticamente desde su máximo de abril de 14.7% al 7.9%. Se prevé que siga disminuyendo durante el próximo año.
La economía todavía se encuentra técnicamente en recesión y es 3.5% más pequeña que a principios del 2020, incluso después de registrar un crecimiento récord en el tercer trimestre.
Millones de estadounidenses, especialmente en los sectores de restaurantes, viajes y entretenimiento, siguen sin trabajo y sin perspectivas laborales inmediatas a la vista.
En el peor de los escenarios, la recesión actual podría crear una nueva clase baja estadounidense dominada por mujeres y trabajadores pertenecientes a minorías. El virus sigue aumentando en gran parte del país y el temor de los consumidores y los nuevos confinamientos frenarán las perspectivas de crecimiento económico.
“Sigue siendo una economía débil el problema será completar la recuperación”, sostuvo Kohn.
-Estímulos y el virus-
Es probable que la agenda económica de Biden y su política más amplia se centren ante todo en lograr que el país supere la crisis del coronavirus, tanto en lo sanitario como en lo económico.
Mucho dependerá de la aprobación a inicios del próximo año de un paquete de ayuda por la pandemia en el Congreso, que se dividió antes de las elecciones y la distribución de una vacuna que podría estar lista a principios del 2021.
Probablemente el paquete de estímulo incluirá más ayuda para las pequeñas empresas y los gobiernos estatales y locales, así como dinero para pruebas y rastreo de contactos.
Muchos estados están reportando récord de nuevas infecciones por coronavirus y casi 6,000 estadounidenses murieron la semana pasada a causa del COVID-19.
“Este presidente tendrá que guiar a la población estadounidense y la economía de Estados Unidos para que recuperen la salud antes de que puedan considerar cambios estructurales en la política”, dijo Beth Ann Bovino, economista jefe para Estados Unidos de S&P Global Ratings.
Biden ha promovido el uso de mascarillas y la distancia social para frenar la propagación del virus, y se espera que utilice los canales establecidos del gobierno para el lanzamiento de una vacuna.
Si frena el aumento de los casos de coronavirus y se restaura la confianza del consumidor, tareas que podrían tardar un año en completarse, Biden tendrá los “puntos políticos” que necesita para aplicar políticas de mayor alcance, según Bovino.