El Congreso de Estados Unidos aprobó por unanimidad el jueves poner fin a las relaciones comerciales normales con Rusia y Bielorrusia, además de reglamentar la prohibición de importar petróleo ruso, allanando a la Casa Blanca el camino para nuevas medidas de presión sobre el presidente Vladimir Putin por su invasión de Ucrania.
El Senado de Estados Unidos y la Cámara de Representantes aprobaron la revocación del estatuto comercial de Rusia y Bielorrusia, en una poco usual demostración de fuerte cohesión bipartidaria en los últimos tiempos.
La medida que revoca el principio de reciprocidad comercial de la “cláusula de la nación más favorecida”, permitiría a los países occidentales imponer fuertes aumentos de los aranceles a los productos rusos.
El proyecto de ley del Congreso también requiere que Estados Unidos solicite la suspensión de Rusia de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En lo que respecta a Estados Unidos, solo otros dos países están actualmente excluidos de este principio de reciprocidad: Cuba y Corea del Norte.
En coordinación con sus aliados europeos, el presidente demócrata Joe Biden anunció la iniciativa en un discurso el mes pasado en el que argumentó que Rusia debe “pagar el precio” por el derramamiento de sangre en Ucrania, donde los rusos han negado las acusaciones de cometer atrocidades contra civiles.
“Putin debe rendir cuentas absolutamente por los detestables y despreciables crímenes de guerra que está cometiendo contra Ucrania: las imágenes que hemos visto de ese país... son simplemente pura maldad”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer.
Las relaciones comerciales normales permanentes (PNTR), según el nombre que le da Estados Unidos, es un principio clave de la OMC conocido como estatuto de nación mas favorecida. Exige que los países se garanticen mutuamente un tratamiento arancelario y normativo igual.
Las últimas sanciones comerciales -que también se aplican a Bielorrusia, aliada de Rusia- culminan varias rondas de medidas destinadas principalmente a romper los lazos económicos y financieros de Moscú con el resto del mundo.
Han incluido la prohibición de las importaciones de petróleo ruso, el embargo de los activos de multimillonarios vinculados a Putin y la congelación de reservas del país.
El año pasado, Estados Unidos importó de Rusia algo menos de US$ 30,000 millones en productos, incluidos US$ 17,500 millones en petróleo, al que Washington acaba de imponerle un embargo total.
También este jueves, el Congreso votó a favor de la prohibición de importar energía rusa, siguiendo los pasos del presidente Biden que anunció a principios de marzo un embargo de esas materias por decreto.
El miércoles Estados Unidos adoptó medidas para bloquear las inversiones extranjeras en Rusia y en las empresas estatales y aplicó nuevas sanciones a los bancos y a los altos funcionarios de Moscú.
Todo esto se suma a varias salvas de medidas occidentales adoptadas en las últimas semanas, destinadas a cortar paulatinamente los lazos económicos y financieros con el resto del mundo del país gobernado por Putin.
El secretario de Estado, Antony Blinken, declaró a la cadena televisiva NBC News que las sanciones globales habían sumido a la economía rusa en una “profunda recesión”.
“Y lo que estamos viendo es una probable contracción de la economía rusa de alrededor del 15%”, subrayó.