El gobierno de Estados Unidos ofreció este jueves una recompensa de US$ 10 millones por información sobre la presunta injerencia rusa en sus comicios, tanto en el pasado como en la actualidad, a unos meses de que se celebren elecciones de medio mandato en noviembre.
El Departamento de Estado anunció en un comunicado la medida, por la que ofrece esa compensación económica a cualquiera que ofrezca datos que lleven a “la identificación o localización de cualquier extranjero, incluidas entidades extranjeras, que hayan estado o estén implicadas en injerencias en las elecciones de Estados Unidos”.
La recompensa también se ofrece a quien dé información que sirva para prevenir o frustrar un acto de ese tipo.
La cartera de Exteriores estadounidense precisó que, en concreto, busca datos sobre la Agencia de Investigación de Internet (IRA), que Estados Unidos describe como una institución rusa involucrada supuestamente en operaciones de interferencia electoral.
Aseguró que a comienzos del 2014 IRA inició su injerencia en el sistema político estadounidense y puso como ejemplo los comicios presidenciales del 2016, donde ese órgano supuestamente se dedicó a sembrar “discordia”.
El Departamento de Estado afirmó que IRA desarrolló sus actividades a través de empresas rusas, como MediaSintex, GlavSet y MixInfo.
El gobierno de Estados Unidos quiere información, además, sobre el ciudadano ruso Yevgeniy Viktorovich Prigozhin, al que acusa de proveer de financiación de IRA a través de las compañías “controladas por él”: Concord Management and Consulting y Concord Catering.
En paralelo, Washington aspira a obtener datos de una serie de ciudadanos rusos presuntamente vinculados con IRA, a los que identifica como Irina Viktorovna Kaverzina, Vladimir Venkov, Mikhail Ivanovich Bystrov y Aleksandra Yuryevna Krylova, entre otros.
A esas personas las acusa de llevar a cabo operaciones para obstruir, alterar o frustrar las funciones del gobierno a través del “fraude y el engaño” con el objetivo de interferir en los comicios en Estados Unidos, entre ellos las presidenciales del 2016.
Las acusaciones de Estados Unidos contra Rusia por supuestamente haber interferido en la votación del 2016, en la que ganó el republicano Donald Trump, ha sido constantes en los últimos años y han deteriorado los lazos entre ambos países, ya dañados tras la anexión rusa de Crimea en el 2014 y completamente dañados después de la invasión de Ucrania iniciada en febrero pasado.