El Gobierno de Estados Unidos extendió este martes hasta el próximo 1 de diciembre la autorización a cinco petroleras, entre las que se encuentra Chevron, para operar en Venezuela, pese a las sanciones a la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
El Departamento del Tesoro estadounidense informó en un comunicado de esta decisión, que afecta, aparte de a Chevron, a las compañías Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford International.
Esta es la quinta vez que el Ejecutivo de Estados Unidos emite una autorización de este tipo a esas empresas. La última fue en enero pasado y la extensión fue por tres meses, hasta este 22 de abril.
Hace más de un año, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, impuso sanciones a la petrolera estatal venezolana en su campaña de presión contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para que cediera el poder al dirigente opositor Juan Guaidó, reconocido por Estados Unidos y más de medio centenar de naciones como gobernante legítimo del país.
Como consecuencia, PDVSA, que gestiona la principal fuente de ingresos de Venezuela, tiene bloqueados todos sus activos bajo jurisdicción estadounidense.
No obstante, Estados Unidos ha emitido licencias especiales para que algunas compañías energéticas estadounidenses continúen sus operaciones de manera temporal.
Chevron es la única gran petrolera estadounidense que se mantiene en Venezuela, donde cuenta con 8.000 empleados.
ExxonMobil y ConocoPhillips abandonaron hace años Venezuela, el país que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, tras la nacionalización del sector decretada por el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez.
La extensión de las licencias hasta finales de año coincide con la caída de los precios de referencia del petróleo, que se hundieron este martes de nuevo ante la baja demanda por la incertidumbre sobre la reapertura económica a raíz de la pandemia del coronavirus y ante la posibilidad de que las instalaciones de almacenamiento de crudo se queden sin espacio, en una situación sin precedentes.
El precio del barril West Texas Intermediate (WTI) de mayo, que vencía hoy, cerró en US$ 9, después de hundirse el lunes por primera vez en la historia en cotas negativas de hasta US$ -37, mientras el WTI y el Brent de entrega en junio, ambos valores de referencia, perdieron 43% y 25%, respectivamente. El Brent llegó a niveles del 2001.
La paralización de actividad por la pandemia del Covid-19 está lastrando la demanda de una materia prima que de repente ya no es tan esencial.