El Capitolio de Estados Unidos fue despejado este miércoles y se restableció la seguridad en su interior, más de tres horas después de que cientos de seguidores del presidente Donald Trump irrumpieran en él por la fuerza, afirmaron los sargentos de armas del Congreso, encargados de su seguridad.
El anuncio llegó poco antes de que entrara en vigor el toque de queda declarado por la Alcaldía de Washington, a las 18.00 (23.00 GMT), que durará hasta las 6 de la mañana del jueves en la capital y dos de sus suburbios en el estado de Virginia.
Aunque las autoridades lograron despejar el Capitolio y sus alrededores, muchos de los seguidores de Trump ignoraron el toque de queda y apenas se alejaron un poco del Capitolio, dirigiéndose hacia otras zonas del centro de la capital.
La Policía lanzó inicialmente gases irritantes y de aturdimiento (que al caer desprenden flashes muy brillantes para desorientar) con el fin de expulsar a los seguidores de Trump de las inmediaciones del Capitolio.
Una vez que entró en vigor el toque de queda, los agentes antidisturbios empezaron a avanzar hacia el centro de la ciudad para empujar a los seguidores de Trump lejos del Capitolio, y estos obedecieron, alejándose de la zona lentamente pero sin dar señales de querer regresar a sus residencias u hoteles.
Algunos manifestantes se dirigieron hacia la calle 16, a una intersección situada enfrente de la Casa Blanca y bautizada como la plaza de “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”).
Allí, dos decenas de ellos se enfrentaron con otros manifestantes contrarios a Trump, a puñetazos, con gas pimienta y una pistola de descarga eléctrica, hasta que la Policía intervino para que pararan, informó el diario The Washington Post.
El asalto al Congreso se produjo cuando ambas cámaras celebraban una sesión para corroborar la victoria electoral de Biden en las elecciones de noviembre pasado.
Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución, y arengó a sus simpatizantes a que siguieran luchando durante un mitin por la mañana en Washington.
Los seguidores del presidente se dirigieron luego al Capitolio y entraron por la fuerza.
El caos dejó al menos una fallecida, una mujer que recibió un disparo en el pecho en el Capitolio, sin que se sepa aún quién la disparó, confirmó la Policía local.